tucuman

Por Marcelo Pérez – Diario Cuarto Poder. Los tucumanos vienen sufriendo una serie de golpes basados principalmente en la falta de un federalismo donde los recursos del Estado se repartan más equitativamente. De esa manera se podrían abaratar la luz y el pasaje de colectivo.

Hijos y entenados

Hay provincias y jurisdicciones que son más mimadas que otras, en un país que se jacta de ser Federal, puesto que, a la hora de las transferencias de recursos económicos por cobros impositivos, se observa una tremenda desigualdad, tanto en materia de coparticipación como en la entrega de subsidios y otros fondos necesarios para el desenvolvimiento de los gobiernos provinciales.

Actualmente,  la mayoría de los recursos y subsidios provenientes de la Nación benefician más a Catamarca, Formosa o Tierra del Fuego, que a provincias como Tucumán. Y eso puede apreciarse no sólo en lo que ingresa a través de la Coparticipación Federal, sino también en el costo que se paga por el servicio de la luz y en el transporte de colectivos urbanos.

La coparticipación ingrata

Tucumán recibe de Coparticipación Federal 19.333 pesos mensuales por habitante, mientras que Catamarca percibe 43.416 pesos mensuales por habitante, La Rioja 36.833 pesos y Santiago del Estero 27.166 pesos. Nuestra provincia se ubica por debajo del ingreso promedio en cuanto al reparto de recursos, según los datos del reparto impositivo y del censo de población de 2022.

coparticipacion

El promedio de ingreso de las 24 jurisdicciones es 24.833 pesos, un 15% por encima de lo que recibe Tucumán.

En 2022, las provincias que más fondos por habitante recibieron en concepto de coparticipación federal de impuestos, leyes especiales y compensaciones que administra el gobierno nacional fueron Tierra del Fuego, Catamarca, Formosa, La Rioja, La Pampa y Santa Cruz, en un rango que va de $534.000 a 397.000 anuales per cápita. Luego se ubican Chaco, San Luis, San Juan y Santiago del Estero. Es decir, hay 14 jurisdicciones que reciben más fondos que Tucumán.

Como los repartos de recursos muchas veces se hacen de manera discrecional, nadie se explica por qué las dos provincias con más baja densidad poblacional del país reciben más dinero.

Ajuste tarifario y energía eléctrica

Otra muestra de la disparidad federal tiene que ver con el cobro del servicio de energía eléctrica ya que se evidencia claramente que los tucumanos se ven afectados por una tarifa excesivamente alta y otras provincias (o jurisdicciones) pagan menos de la mitad.

La Empresa de Distribución Eléctrica de Tucumán (EDET) aparece como la compañía que más caro cobra en el país por su servicio. Los tucumanos pagan a EDET tres veces más por la luz que los santiagueños, los porteños o los riojanos.

Por ejemplo, la tarifa mensual por 300 kwh en junio de 2022 llegaba a costar 6.894 pesos en Tucumán, contra 2.279 pesos en Santiago del Estero, 1.868 pesos para los clientes de Edesur y 1.876 para los de Edenor en Ciudad de Buenos Aires.

Y lo peor de todo es que todo viene acompañado por un servicio deficiente, con permanentes cortes en el suministro y daños a electrodomésticos.

edet

El Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE) confirmó que en Tucumán se paga el triple por la luz que en Buenos Aires.

Desde EDET se atajan diciendo que la boleta se encarece por dos aspectos esenciales: el incremento del consumo eléctrico y los reajustes que se autorizaron tanto por el transporte y generación como por la distribución.

O sea, ellos son “buenitos” y los malos quienes generan y transportan la energía eléctrica.

Servicio de colectivo caro y nefasto

Como si fuera poco, a comienzo de mes, nos enteramos de que a pesar del nuevo aumento en el precio del boleto de colectivo en la Ciudad de Buenos Aires, igual sigue siendo la jurisdicción donde se paga el viaje más barato del país, mientras que Tucumán está en el podio de los colectivos más caros.

Desde la semana pasada, el boleto mínimo de colectivo pasó a costar $37,10 en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), tras registrar una suba del 6%, acorde al avance del Índice de Precios al Consumidor (IPC).

Igual, los pasajes de colectivo del AMBA siguen siendo los más económicos de la Argentina. De hecho, hay ciudades en las que los boletos duplican o hasta triplican en valor del ticket común que se paga en CABA y provincia de Buenos Aires, como Tucumán.

colectivo

El “boleto mínimo” de mayor valor es el que se paga en Neuquén: $130 por viaje; segunda está Mar del Plata, donde el pasaje de menor valor tiene un precio de $119,38; y le siguen Yerba Buena, Tafí Viejo y Banda del Río Salí (Tucumán) con un valor de $111.

Lo llamativo es que en el AMBA el boleto de $37,10 es por un recorridos de hasta 3 kilómetros; el valor sube a $41,34 cuando se recorre una distancia de entre 3 y 6 kilómetros; a $44,52 por entre 6 y 12 kilómetros; a $47,70 por tramos de entre 12 y 27 kilómetros; y $50,88 si el recorrido supera los 27 kilómetros. Yerba Buena no está a más de 10 kilómetros de distancia.

Los usuarios del transporte público de Santiago del Estero pagan $50, los de Misiones $50, La Rioja $47 y Ushuaia $47.

Enorme brecha

Si bien hay muchos factores que intervienen a la hora de determinar el valor del boleto de colectivo, el punto más determinante cuando se intenta explicar las enormes brechas que existen en el país es el reparto de los fondos para el subsidio del transporte.

De acuerdo a un estudio, en los primeros meses del año pasado el Gobierno Nacional destinó un total de $129.931,6 millones a las provincias por el Fondo Compensador y Compensaciones tarifarias. De ese total, 78,1% fue al AMBA ($101.492,2 millones) y el resto se repartió entre las demás jurisdicciones.

A pesar de tener uno de los boletos más caro, el empresariado del transporte público de Tucumán no está conforme y pide más. Desde ATEAT dicen que el actual precio si bien ayuda, no es suficiente. Jorge Berreta, representante del sector afirmó que “sin subsidios, el boleto de colectivo debería valer 1 dólar, a cotización del blue”. Es decir, tendría que costar cerca de los $370.

Si  alguna vez este sector se compadeciera del usuario y brindara un servicio decente, sin incumplir frecuencias o recorridos, si utilizara unidades sanas, limpias, con rampas y aire acondicionado; y los choferes condujeran como si transportaran “personas”, tal vez ahí se podría comprender lo que cobran por el viaje. Mientras eso no suceda, todo parecerá un robo al usuario.

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