Los jugadores más experimentados están enteros, pero saben que la posibilidad de no llegar a Rusia es una realidad; Sampaoli no dio indicios de la formación para el duelo ante Ecuador.

Todos lo saben. El temor pasa por la cabeza de los más “experimentados”, pero también de los más “nuevos”. Quienes hace tiempo conocen los recovecos del predio de Ezeiza y los que recién llegan, aunque sea siendo parte de la selección mayor. Los que disputaron mundiales y torneos internacionales -con finales incluidas- y los que vieron esas mismas instancias por televisión. La Argentina está al borde del abismo y los jugadores lo saben: la selección necesita de un triunfo en Ecuador para pensar en el repechaje y hasta ilusionarse con la clasificación directa al Mundial Rusia 2018. Cualquier otro resultado dejará a la Argentina en manos de lo que pase en otras canchas.

Por la cercanía con el final de las eliminatorias, Rusia se percibe más lejos de lo que su geografía indica. Según se pudo reconstruir, los jugadores están enteros pero conscientes de que la posibilidad de quedar afuera del Mundial es cierta. De hecho y paradójicamente, quienes más temores tienen son los jugadores más experimentados, a sabiendas de que Rusia 2018 es la última oportunidad para lograr el título máximo con la selección.

Saben que si la Argentina no se clasifica, una generación dirá adiós a la selección. En ese grupo podría estar Lionel Messi. Después se verá cómo se darán los acontecimientos, pero es lo que hoy se respira en el grupo. Y al revés de lo que se podría pensar, son los más jóvenes quienes se muestran más tranquilos aunque no ajenos a la gravedad de la situación deportiva. Son las consecuencias de haber tenido tres entrenadores en una eliminatoria y de un caos dirigencial, con intromisiones políticas de por medio, que llevaron a que la selección nacional sea la “ex joya de la abuela”.

Desde el entorno de Sampaoli, ya hay una idea de cómo se dará el partido contra Ecuador del martes. Imaginan una selección ecuatoriana partida, con una grieta entre defensa y ataque y donde el mediocampo podría ser el terreno fértil para que la Argentina aproveche transiciones rápidas y así no se desgaste con la presión constante en un ambiente no propicio como los 2.850 metros de altura de Quito.

Sobre la formación del equipo no hay indicios, pero en el poco tiempo que tuvo la prensa deportiva para observar el entrenamiento de esta mañana se vieron trabajos reducidos de desmarque y definición entre jugadores de vocación ofensiva. En esos ejercicios se destacaron Acuña, Benedetto y Rigoni, convirtiendo varios goles mientras Sampaoli hablaba con los defensores, con especial foco en Javier Mascherano. La cuenta regresiva está en marcha desde que terminó el partido contra Perú en la Bombonera. Después de ausentarse del Mundial de 1970 en México, la posibilidad de no aterrizar en Rusia 2018 está sobre la mesa, aunque la ilusión se mantenga en pie. Y en Ezeiza lo tienen muy claro.

 

 

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