Julio Antono Jalit, el intendente de la célebre frase: “Hay que ser inteligente para robar”, tiene una riqueza que incluyen 12 campos, 4×4, camiones y maquinarias agrícolas y viales. Ah, antes de entrar en la política (hace 15 años) era empleado de una estación de servicio y vivía en una pequeña casita de madera.

15 años como intendente

Julio Antonio Jalit, el intendente de Pichanal, tiene un patrimonio personal de más de $500 millones. El valor de los bienes registrados triplica al presupuesto del municipio que gobierna desde 2003, en el norte salteño, sin rendiciones.

Pichanal, comuna muy pobre

El cálculo de ingresos aprobado para este año en Pichanal -comuna de 33.000 habitantes con elevados índices de pobreza, desocupación, desnutrición infantil y necesidades básicas insatisfechas- asciende a $158.308.793 con todos los conceptos.

Fincas y vehículos

La riqueza personal del intendente incluye una docena de fincas, cuatro propiedades urbanas, vehículos de alta gama, camiones, tractores, sembradoras, trilladoras y más de un medio millar de cabezas bovinas. También tiene máquinas viales entre las que resaltan dos palas cargadoras, una excavadora Komatsu y una motoniveladora Iron GR135.

Campos sojeros

Solo en 11 campos agrícolas que adquirió entre 2005 y 2013 en los departamentos Orán y San Martín, Jalit tiene cerca de 3.000 hectáreas que cotizan en más de $390 millones en el mercado inmobiliario rural.

En los registros de Inmuebles, figuran a su nombre 10 fincas. En una de sus declaraciones juradas, del 15 de octubre de 2014, el intendente reconoció otras dos fincas que sumó el 11 de mayo de 2010 a través de la escritura pública 135.

Los campos de mayor valor están en Embarcación, sobre la ruta 53, donde produce soja, otras legumbres y hasta tiene invernaderos.

El salto patrimonial

El intendente de 53 años del que habla el país desde el 1 de marzo, cuando en la apertura de sesiones del Concejo manifestó que “para robar hay que ser inteligente y yo me considero un tipo muy inteligente”, era antes de ser bendecido por la política un simple empleado de estación de servicio.

Casita de madera

Vivía en una casa de madera, al lado de la cancha del club Ferro, y su bien más preciado era un Fiat 128.

Hoy, en el tránsito de su cuarto mandato como intendente, es un acaudalado empresario y productor sojero al que le resultaría muy difícil justificar su exorbitante incremento patrimonial.

Antes de cumplir los 18 años limpiaba vidrios en los surtidores de KyM, empresa en la que estaban asociados Lilian Klarmann y su esposo, Ricardo Macarón, un lejano y fallecido tío del enriquecido intendente.

Según allegados, antes de incursionar en la función pública, Jalit pasó de la playa de los surtidores a las oficinas administrativas de KyM, donde se encargaba de extender los vales de combustible y de comida a los choferes de la empresa que aún figura en los registros de la Anses como su empleadora.

fuente: eltribunosalta

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