Por Manuel Rivas* de Diario Cuarto Poder / La magia poética. La escritora taficeña Estela Porta comparte con nosotros aspectos de su actividad creativa, sus autores favoritos, sus libros, su querido Tafí Viejo y los proyectos que tiene en preparación.

El enamoramiento con la literatura y la creación

—¿Cuál fue tu primer contacto con la Literatura?

—En la primera infancia fue cuando se reveló a mis oídos, a mis ojos y a mi corazón, el mundo mágico de la Literatura Infantil, a través de los cuentos clásicos en la voz de mi nona y de mi madre. Ese mundo maravilloso de duendes, hadas, ogros, objetos o animales que hablan y que mi ingenuidad de niña aceptaba con total naturalidad. Luego, cuando aprendí a leer, hice mío ese mundo encantado, desde otro lugar, desde la lectura y descubrí la palabra escrita y su conexión con las ilustraciones que completaban las historias.
A medida que fui creciendo, la Literatura continuó seduciéndome con poemas inolvidables como La gata Michinga, anónimo, Balada de doña Rata de Conrado Nalé Roxlo, Trato hecho de Amado Nervo, La higuera de Juana de Ibarbourou, Canción infantil de Rafael Obligado, narraciones como Cuentos amables, nobles y memorables de Julio Ardiles Gray, Shunko de Jorge W. Ábalos, Platero y yo de Juan Ramón Jiménez, Cuentos de la selva de Horacio Quiroga, Octavio Cejas y su inolvidable cuento Ser cóndor, entre tantos otros. Voces que fueron marcando mi camino, despertando mi imaginación y hoy ya publiqué mi primer libro de Literatura Infantil El beso mágico, Tucma Editorial, S. M. de Tucumán, año 2018, que son coplas infantiles inspiradas en los cuentos clásicos, en mitos y leyendas del noroeste argentino, pero aggiornados, por ejemplo, Caperucita roja y don Lobo se comunican por Messenger y Whatsapp.

—¿Qué cosas accionan los engranajes de la creación poética?

—Para mí, siempre lo digo, la poesía es luz, es un darse a luz, una especie de alumbramiento, a través del cual el poeta puede expresar su mundo interior y, tal vez, arrojar cierta luz sobre su entorno. Como decía Piccasso “Yo no busco, encuentro”, y es así, lo que acciona mis mecanismos de creación es todo aquello que llame mi atención y pueda conmover o perturbar mi espíritu: una imagen, un perfume, una música, un sabor, un recuerdo, una ausencia, en fin, alguna situación feliz o tristemente dolorosa, que me produzca un quiebre y active el vuelo de mis alas. La libertad creadora.

Tafí Viejo siempre presente y los autores

—¿Te imaginaste escribiendo sobre tu Tafí Viejo querido?

—Siempre proclamo que Tafí Viejo es mi lugar en el mundo, mi Patria amada, mi musa inspiradora con sus hilos de luz y sus obleas de sombras que se balancean entre los tarcos. Su historia me atraviesa y es mi historia, la de mis ancestros, inmigrantes italianos. El adiós a los trenes, las fincas de citrus, las voces que bajan de los cerros, los gorriones, sus lugares emblemáticos como La Toma de agua, la Hostería “Atahualpa Yupanqui”, sus personajes típicos como Benito Macías, Nina Velárdez, sus mitos y leyendas, que conforman un todo constructor de identidad. Escribirlo es escribirme desde el más puro amor y agradecimiento.

—¿Cuál es tu poema favorito?

—Entre los poemas favoritos de mi autoría, elijo dos: La casa que pertenece al libro Limonero en flor, Editorial Trascendernoa, San Miguel de Tucumán, 2018, en homenaje a mi casa-nido paterno y Perfil azul del libro De tarcos y gorriones, INSIL, UNT, S. M. de Tucumán, 2015, donde describo nuestro perfil taficeño azul de cerros. Y si tengo que elegir un poema de otro autor: Hay golpes en la vida de César Vallejo de su libro Los heraldos negros, entre tantos otros autores tan diferentes pero  iguales en su alta poesía, que también me marcaron a fuego como Gelman, Storni, Orozco, Pizarnik, Sábato, Borges, Tizón, Osvaldo Costello, Atahualpa Yupanqui, Manuel J. Castilla, Bécquer, García Lorca, Neruda, Octavio Paz y su inolvidable Libertad bajo palabra y muchísimos más.

—¿Cuál es tu libro más querido y por qué?

—Todos mis libros son muy queridos por mí, pero podría mencionar al ya citado Limonero en flor, poemario homenaje-amor-gratitud a mis ancestros, Del lado de los tarcos, INSIL UNT, S. M. de Tucumán, 2014, microrrelatos inspirados en Tafí Viejo y Cuando los ojos, Ed. Trascendernoa, S. M. de Tucumán, 2019, microficciones dedicadas a las víctimas de cualquier forma de violencia y exclusión.

Los caminos de la creatividad

—¿Tienes alguna metodología fija a la hora de escribir?

—No, tampoco escribo rigurosamente un número fijo de horas diarias. Sólo escribo cuando alguna situación me conmueve, me atraviesa, me desborda y enciende la chispa de la creación literaria.

—¿Qué es lo más extraño o sorprendente que te deparó tu labor de escritora?

—Extraño, no, pero sí me sorprende el feliz camino transitado que me llevó a conocer y me permite ser parte de un universo maravilloso de escritores de diversas provincias argentinas y de otras nacionalidades, universo que me nutre desde lo literario y desde lo humano, desde la amistad, en un diálogo permanente.

Profeta en su tierra

—¿Te sientes valorada en tu propia tierra?

—Afortunadamente, sí, me siento valorada en mi tierra natal.
En mi Tafí Viejo querido agradezco profundamente, a las diferentes autoridades que a lo largo de tantos años de transitar este camino, distinguieron mi labor literaria con valiosos reconocimientos: Mujer destacada en el campo de las Letras, años 2010, 2011, 2014, 2015, 2016. Ciudadana destacada de Tafí Viejo por su contribución a la Cultura y a las Letras taficeñas, año 2014 y el Premio Tarco en el área Literatura, año 2017.
En el ámbito provincial, el Ente Cultural de la provincia de Tucumán me distinguió en el Día Internacional de la Mujer como Escritora destacada, año 2015, la Secretaría de Extensión Universitaria de la UNT por destacado desempeño en las Letras tucumanas, año 2015 y  la Municipalidad de S. M. de Tucumán con el Primer Premio  de los Juegos Florales, año 2002. Estas importantes distinciones me emocionan profundamente y constituyen un verdadero orgullo para mí, como corolario de una vida dedicada a la docencia y a la escritura.

Pandemia y virtualidad

—¿Ha variado tu modo de producir o tu temática en medio de la pandemia?

—En general, en cuanto al modo de producción, hay una tendencia a las ediciones digitales, en mi caso particular, participé en Antologías digitales pero también en ediciones de soporte papel.
Con respecto a la temática, esta situación de pandemia ha interpelado fuertemente mi producción que respondió abordando temas como la incertidumbre, la soledad, las acechanzas, el miedo, la muerte; aunque nunca estuvieron ausentes la fe y la esperanza, en Dios, en la Ciencia y en la Humanidad, que espero, a partir de esta crisis, evolucionemos hacia una nueva consciencia colectiva.

—¿Te adaptaste a la virtualidad?

—Sí, fue un proceso nada fácil pero necesario, aprender a entretejer los hilos de esa red virtual que nos conecta y que constituye una nueva manera muy particular de concebir el mundo y estar en él.

La poesía y la microficción

—¿Qué lugar ocupa la poesía en tu vida?

—En la escala de jerarquías, los sentimientos ocupan el primer lugar: Dios, mis hijos, familiares, amigos, animales, Naturaleza, y son precisamente ellos y sus circunstancias, los disparadores del poema. O sea, la poesía está, siempre está, se trata de mirar la vida en poesía. Una mirada sensible. El ojo de poeta. Poesía-flecha de luz que me atraviesa y que está atravesada por el amor, el sesgo de lo social, el compromiso, visibilizar la miseria, el hambre, la sed, el abandono, la enfermedad, la violencia, la muerte; en un intento de modificar, el rumbo individual y/o colectivo, de recuperar el equilibrio personal/ social.

—¿Te interesan otros géneros o variantes como el microrrelato?

—Sí, la microficción que es una estética de la brevedad y la concisión, adecuada a este tiempo vertiginoso que vivimos. Para mí es como una mariposa de origami donde la palabra, como el papel, se pliega y despliega toda su intensidad narrativa-poética, adquiere otra magnitud, dice y no dice, apela a los silencios y el lector participa de esos vuelos para completar el sentido del relato. Es un género que atrapa; con mis alumnos disfrutábamos trabajarlos en los Talleres literarios escolares.

—¿Qué grado de complicación tiene publicar en estos tiempos?

—No es fácil publicar actualmente, sobre todo en soporte papel, por varios factores: las trabas propias de las restricciones por la pandemia y el factor económico, aunque la virtualidad abre varias posibilidades para publicar de manera digital.

Claves de la escritura y proyectos

—¿Cuál es la clave para transformarse en escritor?

—No sé si hay una clave. Creo que se parte del talento innato, luego, la lectura voraz y el ejercicio continuado de escritura (se aprende a escribir, escribiendo), contribuyen a desarrollar al escritor potencial, a multiplicar su talento. Quiero señalar que en los Talleres literarios escolares se han formado excelentes escritores. Actualmente, se dictan Talleres de escritura, algunos muy buenos, que pueden nutrir el talento innato.

—¿En qué proyecto estás trabajando?

—En este período de pandemia, constantemente me invitan a participar de Antologías en soporte papel y digitales, entre las ya editadas: Voces en cuarentena, Poesía argentina contemporánea 2021, Voces del Mundo, Contra molinos de viento, Nuestras madres nos cuentan, Voces de Tucumán I,  Brevirus, Brevestiario, entre otras.
En breve, se concretarán tres proyectos ya en imprenta, dos libros de mi autoría y un tercero en coautoría:
Si digo Yungas, poemario-homenaje a las Yungas taficeñas, Editorial Humanitas, F. F. y Letras, UNT.
Encender la chispa, microficciones hiperbreves, Macedonia ediciones.
Hay un viento que reúne poemas del escritor taficeño Sergio Lizárraga y poemas de mi autoría, editado por Ediciones Tafí. de la Municipalidad de Tafí Viejo.
Otros libros están esperando su turno para ver la luz, para revelarse y revelarme.

 

RESONANCIAS

resonancias de tu voz de trueno

se agazapan en mis laberintos perplejos

muy adentro

como cuando ulula el viento

y soy tu sangre

tu eco

tu lengua mutilada

tu piel morena   llaga

mujer barro vertical

de esta tierra calchaquí

carne indígena

dormida entre los menhires

hecha ceniza en la brisa

de la tarde de los cuerpos

semilla

para alimentar a los pájaros

de la memoria

vasija de agua

donde flota aún el fuego

de tu historia de diaguita

todavía la piel caliente del yaguareté

la ternura de la llama

aún el fuego

háblame del fuego

Estela Porta del poemario De tarcos y gorriones.

 

Son cosas de mujeres dice él, displicente. Ella suspira, mientras la tarde borda sus sueños, a punto cruz, a punto sombra, a punto fuego. Alguien abre el bastidor del tiempo y ella da el salto.

Estela Porta de Cuando los ojos, microficciones.

Datos de la autora

Escritora argentina, de Tafí Viejo, provincia de Tucumán, República Argentina. Profesora en Letras (U.N.T.)  Recibió importantes premios y distinciones por su trayectoria en las Letras.

Publicaciones: Participó en numerosas Antologías nacionales e internacionales.

Libros de autor: Poesía: Pequeños Fuegos, 2013. De Tarcos y Gorriones, 2015. Desde el Oriente, 2015. Hilos de la Historia, 2016. Limonero en flor, 2018. El beso mágico, coplas infantiles, 2018. Microficciones: Del Lado de los Tarcos, 2014. Cuando los ojos, 2019.

*Profesor de Letras e Historia, periodista y escritor. Director Diario Cuarto Poder.

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