justicia
Por Fabián Seidán para Diario Cuarto Poder | La justicia tucumana no da pie con bola. La última escena del juez Orlando Velio Stoyanoff Isas, correteando a un joven y revoleando por el aire una moto, en Yerba Buena, es sólo una muestra más de la clase de representantes de la Justicia que tenemos por estos lares. Hay otros peores, que no hicieron su trabajo o lo hicieron mal (¿adrede?), por lo que deben rendir cuentas ante el pueblo y la Justicia que juraron defender.

Al estilo Benny Hill

La escena es desopilante; parece sacada de un sketch cómico de la serie humorística de Benny Hill: Un hombre alto, de saco y zapatos, corretea a un joven alrededor de una moto para pegarle. Luego alza un rodado que está tirado en la calle y lo arroja de golpe al suelo. Todo podría ser un caso más de violencia callejera sino fuera que el hombre violento resultó ser nada más y nada menos que un representante del Poder Judicial de la Provincia, el juez Orlando Velio Stoyanoff Isas, a cargo del Juzgado Civil en Familia y Sucesiones de IV Nominación.

Ante la trascendencia de la noticia y el reclamo generalizado de distintos sectores de la sociedad sobre un pedido de juicio político, el juez no tuvo otra opción que salir a pedir disculpas y bajarle el tono al hecho. Pero lejos está de lograrlo -del ridículo no se vuelve- ya que nadie que reaccione de esa manera puede considerarse un honorable hombre de justicia.

Pero no le caigamos sólo a este ignoto juez, pues Tucumán tiene muchos reconocidos hombres y mujeres de toga negra que hicieron mucho daño a la Justicia con fallos y actuaciones aberrantes.

“Saca presos”

Hace poco (en febrero) el Juez Enrique Pedicone fue destituido de su cargo de vocal del Tribunal de Impugnación del Poder Judicial de Tucumán, por un Jurado de Enjuiciamiento que hizo lugar a la acusación de la comisión de Juicio Político. El Tribunal consideró probadas varias faltas en el ejercicio de sus funciones. A Pedicone lo catalogaban de “juez saca preso”, una de las mayores críticas en la cayeron muchos magistrados en tiempos donde el flagelo de la inseguridad hace estragos en la provincia. La Comisión de Juicio Político de la Legislatura, consideró probadas las siete acusaciones contra Pedicone.

Se le escapó la tortuga

Otro juez que estaba en la mira desde hacía un largo tiempo era el juez de ejecución penal Roberto Guyot. El magistrado fue destituido en septiembre del año pasado por un jurado de enjuiciamiento de la Legislatura por voto unánime. Se lo declaró culpable de los siete cargos que pesaban sobre él. Guyot había sido acusado por incumplimiento de los deberes a su cargo y mal desempeño. Al juez no sólo se le escapó un preso cuando lo sacó de la cárcel para que le lavara su auto particular sino que también se le murió otro que estaba bajo su custodia tras denunciar un contubernio entre agentes penitenciarios en la venta de droga en la cárcel de Villa Urquiza.

Presunto acoso sexual

Más reciente es el caso que involucra al ministro pupilar de la defensa Washington Navarro Dávila quien fue denunciado por presunto acoso sexual contra una contadora que se desempeñaba bajo su órbita en el Poder Judicial. Y que se quedó sin trabajo.

Navarro Dávila señaló que fue chantajeado por la empleada. Pero la denunciante, la contadora Érika Juárez, que se desempeñaba como secretaria administrativa en el Ministerio Pupilar y de la Defensa, insistió que hubo “propuestas indecentes” del magistrado que comenzaron en abril de 2019 y que se incrementaron a partir del mes de octubre de ese año, cuando el denunciado comenzó a preguntarle sobre su vida sexual y preferencias eróticas. Según la denuncia, todo se complicó más cuando Navarro Dávila le habría dado un ultimátum: si no accedía a sus apetencias sexuales, sería echada del Ministerio y con ella todo su equipo de trabajo. Finalmente la denunciante fue dejada sin empleo bajo la figura de “Reestructuración y organización de tareas”.

Navarro Dávila negó los hechos y presentó una denuncia penal por extorsión.

La toga no se mancha

Carlos Albaca, el fiscal que tuvo a su cargo la investigación del crimen de Paulina Lebbos, asesinada en 2006, será juzgado desde el próximo 2 de agosto. Está acusado de haber cometido irregularidades durante la instrucción del caso. Albaca, será enjuiciado por la sala III de la Cámara Penal, por los delitos de “incumplimiento de deberes de funcionario público y encubrimiento agravado” del crimen de la joven estudiante de 23 años.

Albaca, jubilado de privilegio, casi zafa y sale indemne del caso que hace un par de años tuvo varias condenados de la fuerza policial y del Ministerio de Seguridad del Gobierno de José Alperovich por el crimen de Paulina. El padre de la joven asesinada, Alberto Lebbos, insistió y por eso en agosto se podrá hacer realidad uno de los juicios más esperado por los tucumanos ansiosos por saber  qué pasó con Paulina y por qué la Policía y la Justicia actuaron de manera negligente -casi cómplice-, para que el crimen quede impune.

Vale aclarar que en febrero de 2020 el Ministerio Público Fiscal (MPF) resolvió investigar a la expareja de Paulina César Soto y al hijo del exsecretario del exgobernador de Tucumán José Alperovich, César Kaleñuk, por el asesinato de la estudiante universitaria.

“Espero que avance la causa. El sistema es un desastre, el año pasado entraron 170.000 causas penales en Tucumán, está todo colapsado por la falta de prevención y por la inseguridad que hay, la delincuencia de todo tipo, mucha delincuencia que mata más con lapicera que con arma”, criticó Lebbos.

Contra las cuerdas y esperando “la campana”

Uno de los jueces más controvertidos del Poder Judicial de Tucumán resultó sin duda Francisco Pisa, quien en breve deberá rendir cuentas y podría quedarse sin su jubilación de privilegio.

Pisa, nombrado en el cargo y alineado siempre al ex gobernador José Alperovich, cayó en desgracia y pese a que el gobernador Juan Manzur aceptó su renuncia, como ésta aún no le fue otorgada (el trámite está demorado), una comisión de Juicio Político de la Legislatura decidió por unanimidad trasladar a Pisa los siete pedidos de destitución que originó su decisión de sobreseer al femicida de la joven Paola Tacacho, Mauricio Parada Parejas.

Pisa deberá dar explicaciones de sus actuaciones tras acceder la comisión de Juicio Político a la denuncia formulada por dos militantes feministas contra el juez. Pero Pisa aún puede zafar: si el trámite de su jubilación se concreta, no deberá explicar nada a nadie.

Alejada de la gente

Según la denuncia, Pisa omitió brindarle respuestas a la víctima cuando el femicida había violado las restricciones de acercamiento. Paola había realizado más de 13 denuncias durante 5 años contra Parada Parejas pero el juez la desestimó sistemáticamente.

Obró con negligencia o falto de justicia. Al parece, a muchos de estos jueces nunca no les importa hacer Justicia, sólo estuvieron allí por el suculento sueldo y la jubilación de privilegio.

No son todos, tampoco son los únicos, pero son muchísimo. Se podrían sumaran también algunos funcionarios de bajo rango que hasta tuvieron el tupé de amenazar con “armar” causas penales (prosecretario de la Oficina de Oficiales de Justicia, Alejandro Vallejo) si alguien osaba molestarlo.

La justicia en Tucumán no es bien vista y muchos de quienes la ejercen hacen todo lo posible para mostrar su peor cara. Lo más feo es que sus fallos/as, muchas veces la termina pagando el pueblo.

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