La decisión de retirar el catamarán Arquímedes de las aguas del dique Celestino Gelsi obedece a una serie de hechos de inseguridad que sufrieron los propietarios. Desde el área turística no tuvieron el acompañamiento necesario.

El “Arquímedes” llegó a Carlos Paz el lunes 19 de febrero del 2001. Llegaba desde la Laguna de los Gómez, en la localidad bonaerense de Junín, y prometía ser una atracción más para que los turistas pudieran recorrer el lago San Roque de punta a punta.
El traslado desde la provincia de Buenos Aires hasta la ciudad cordobesa obligó a un operativo de tránsito pocas veces visto debido a las dimensiones de la embarcación. Incluso el por entonces gobernador José Manuel De la Sota fue invitado a la inauguración en lo que fue la primera navegación por el embalse.
Durante cinco años paseó a miles de visitantes, también fue anfitrión de diferentes eventos como fiestas de egresados, fiestas de 15 años y presentaciones. Pero en los primeros días del año 2006, partió rumbo al dique Celestino Gelsi buscando nuevas experiencias. Lamentablemente hoy, las causas de su partida de nuestra provincia nos duelen a todos, no sólo por la gran perdida de un gran atractivo turístico, sino porque la inseguridad se ha transformado en un flagelo que afecta a todos.
Durante 12 años navegó por el Celestino Gelsi hasta que en los últimos seis meses sufrió lo peor: tres robos sucesivos provocaron la bronca e indignación de sus dueños y la consecuente decisión de marcharse.
“Es una lástima pero no se puede vivir así. Ya no estoy tranquilo. ¿A mí quién me asegura el bienestar de mi familia?”, manifestó el empresario Mario Conti, dueño del catamarán, horas después del último atraco sufrido.
Todavía no hay información certera respeto al destino final de la embarcación, aunque sí se sabe que la nave será trasladada hasta Carlos Paz para que primero se le realicen las reparaciones necesarias y luego sea comercializada.
El Arquímedes es una embarcación que mide 20 metros de largo, nueve de ancho y pesa 30 toneladas. Tiene capacidad para 200 personas: 192 pasajeros y ocho tripulantes. Y formó parte de una gran apuesta empresarial, junto a las aerosillas, para resaltar y dar a conocer uno de los paisajes más imponentes de nuestra provincia. Dicha inversión debía estar ligada a la construcción de instalaciones para la llegada de turistas y controles de seguridad, limpieza y transporte, las cuales debieron ser cumplidas por intermedio del Ente de Turismo, Pasaron las gestiones y la situación, lejos de mejorar, terminó siendo el detonante para que la decisión de Mario Conti sea la de retirar la embarcación que ya formaba parte del paisaje acuático del dique Celestino Gelsi.
“Que el catamarán se retire nos genera tristeza, pero hay que respetar la decisión del empresario y concesionario. Estamos trabajando en propuestas para que pongan en valor este espacio maravilloso que tenemos”, explicó Elena Colombres Garmendia, vicepresidenta del Ente Tucumán Turismo, que dentro de unas semanas planea el lanzamiento de un ambicioso proyecto que promete cambiar para siempre el dique El Cadillal.
Al ser consultada sobre la continuidad del servicio de las aerosillas, que también dependen de la empresa que representa Conti en la provincia, la funcionaria despejó las dudas. “La aerosilla tiene un contrato por un período de 30 años. Que el empresario concesionario actual se retire no quiere decir que se interrumpirá el servicio, por el que tanto trabajamos”, aclaró Colombres Garmendia, que también aseguró que uno de los socios de Conti tomará la posta en la conducción del emprendimiento, que es explotado en la zona desde abril de 2012. Pese a las declaraciones de la vice presidenta del Ente Turismo, existen rumores acerca de diversas propuestas para el traslado de las aerosillas a provincias como ser Salta y Termas del Río Hondo.
Es evidente los cortocircuitos en la dirección del organismo oficial, donde los esfuerzos no se han repartido de manera equitativa, mientras que en Tafí del Valle la temporada fue explosiva con desfiles, Seven de rugby y un sin número de atracciones, otros lugares se vieron un poco “descuidados”. Tal así que en el famoso Festival de la Humita en San Pedro de Colalao, los números musicales comenzaron con un dúo de jovencitos que realizaban un show callejero, sin desmerecer la gran actitud y el entusiasmo con el que subieron al escenario, es claro destacar que pocas aguas llegaron a ese molino.
Fuera de los egos y tironeos, deben entender que para que nuestra provincia deje de ser un “lugar de paso” debe brindar calidad en todos los sitios y los recursos deben estar mejor distribuidos. A nadie le sirve un oasis en medio del desierto.

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