Letras de Fuego / Comentario / Por Manuel Ernesto Rivas*. Cabe preguntar si la distinción recibida por la autora de “Dos docenas con yapa” es noticia. Seguramente no se trata de una novedad, por la labor incansable de difusión y creatividad literaria.
No es ninguna novedad
El Curriculum Vitae de Nancy Olivera, escritora santiagueña radicada en Jujuy desde la década del 80, se acrecienta día a día. Esa ya no es ninguna novedad, como el hecho de recibir distinciones y homenajes por su labor cultural.
La última fue en su propio terruno adoptivo, Libertador San Martín o Ledesma, como es popularmente conocida la ciudad, debido a la fábrica azucarera y de papel que es un motor esencial de la economía de esa urbe.

La declaración de Nancy Olivera como “Personalidad destacada de la cultura ledesmense” no sorprende ni a propios ni a extraños. Su trayectoria docente, su prolífico camino en las letras y su apoyo a la cultura son indiscutibles.
Textos que buscan el aula
Desde que decidió, allá por 1983, radicarse en Ledesma, lo hizo con la vocación de darlo todo por el mejoramiento de la educación y la cultura, desde el lugar en el que le tocó desempeñarse. Las letras siempre fueron su gran amor.
Y con ellas batalló en las aulas, desde los libros y todas las tribunas que se presentaron en su camino. Sus libros, “Tuka”, “Cuentos de la selva urbana” y “Dos docenas con yapa”, son el testimonio de textos que siempre buscan el ámbito del aula.

En esta prioridad que se autoimpuso, la poesía ha quedado relegada, pero siempre es el refugio de aquello que nace del interior mismo de un espíritu que se conmueve con la realidad, que asume el compromiso que muchos eluden.
Una escritora con compromiso
En la declaración del Concejo Deliberante se subraya el compromiso de las dos primeras obras mencionadas con las problemáticas más graves que afronta nuestra juventud: bullying, suicidio y las adicciones.
Ese parece ser un sello distintivo de su voz narradora y poética. Quienes han entrado por las innumerables puertas de sus textos, seguramente han salido mejores personas, despojados de las vendas que cubrían sus ojos.

También se destaca su labor en el Grupo Amigos del Arte (GRADA), en donde es una gran animadora, primero acompañando a los escritores de más renombre, y luego, con el propio brillo, alimentando un legado que es para toda la sociedad.
Una agente cultural de lujo
La declaración del Concejo Deliberante no se circunscribe a lo literario, sino a Nancy Olivera como agente de la cultura, como referente de una comunidad que sabe su incidencia en el engrandecimiento de ese bien intangible y así la define:
“Significa para la cultura y la literatura de nuestra región, no sólo un valuarte por su talla como escritora y como docente, sino como aquella mujer que mantiene lazos fuertes y duraderos con el arte y la preservación diaria de nuestro patrimonio”.
Los mimos de las autoridades gubernamentales, sumados a los de la centenaria Biblioteca Mitre, los del Grupo GRADA, los colegas, los amigos y parientes, son más que merecidos y deben repetirse porque los gestores de cultura deben ser apoyados.
En lo personal, abogo por el conocimiento de la obra literaria de Nancy Olivera, porque es el descubrimiento de una verdadera artesana de las palabras, una amazona de las letras, una referente de este Norte coincidente y hermanador.
Espero con ansias su próximo libro, mientras disfruto de la relectura de lo ya escrito, sólo con una certeza: seguiré creciendo en esa generosa retroalimentación que implica leer a una escritora comprometida con la creatividad.
*Fundador y director de Diario Cuarto Poder y Letras de Fuego Ediciones. Profesor en Letras e Historia. Periodista y escritor.