crimen

Tras un proceso de investigación que se extendió por sesenta días, el fiscal Carlos Sale, en representación del Ministerio Público Fiscal, decidió imputar dos delitos al oficial de Policía que ultimó a tres personas en la balacera que se produjo el 11 de septiembre en avenida América y Perú, lo que en caso de ser avalado, derivará en una seria complicación procesal para el uniformado.

Ese miércoles, Facundo Lencina (24) estaba sentado en su moto esperando que su novia saliera de la peluquería donde trabaja, cuando fue abordado por dos motochorros que le quitaron sus pertenencias. Cuando se marchaban, la víctima del supuesto robo, sacó su arma reglamentaria, se identificó como policía y les dio la orden de alto.

Según lo expresado por el efectivo que estaba vestido de civil por estar de franco, uno de los delincuentes sacó un arma mientras que el otro le gritaba que le dispare porque era un “rati”. Lencina abrió fuego y realizó 12 disparos.

Los motochorros recibieron al menos dos proyectiles cada uno e intentaron huir en la moto, pero cayeron sin vida a los pocos metros. Horas después los jóvenes fallecidos fueron identificados como José Alberto Gallardo (23) y Cristian Legname (29). Fuentes policiales confirmaron que ambos tenían antecedentes por robo.

En la zona se encontraba Lucas Fernando Delgado (21) realizando tareas de recuperación luego de haber hecho ejercicio junto a sus hermanos. Un proyectil le impactó en el pecho y cayó al suelo. Lo trasladaron al hospital Padilla donde ingresó sin vida.

En un primer momento Lencina quedó aprehendido, pero luego recuperó la libertad. Mientras tanto, Sale comenzó a investigar el caso. Durante todo este tiempo, además de reunirse con los familiares de Delgado, sumó el testimonio de varias personas y esperó el resultado de las diferentes pericias que había ordenado realizar.

Por los testimonios, entre los que se destacan los aportados por la hermana y el hermano menor de Delgado, el fiscal de la Unidad Fiscal de Homicidios II comenzó a sospechar que Lencina se podría haber excedido por haber realizado varios disparos. Esa teoría se confirmó con los resultados de las pericias que había ordenado llevar adelante.

Por esa razón, Sale solicitó una audiencia para acusar al oficial de dos delitos: exceso en la legítima defensa en contra de Gallardo y de Legname y homicidio culposo por la muerte de Delgado.

El fiscal confirmó el ataque en contra del efectivo, pero consideró que se excedió a la hora de disparar en contra de los acusados que intentaron robarle. También consideró que es responsable de la muerte del joven estudiante, aunque no tuvo intención de hacerlo.

Todavía no trascendieron detalles sobre la acusación que se realizará en contra de Lencina, que se encuentra en libertad y que estaría cumpliendo con tareas administrativas en Unidad Regional Norte. “No creo que solicite que se le dicte la prisión preventiva porque todo este tiempo estuvo sujeto a proceso y no entorpeció la investigación. Sí me parece que busca que no siga más en la fuerza porque evidentemente no está capacitado”, agregó una fuente judicial.

La decisión del fiscal Sale podría abrir una puerta legal que hasta el momento estaba cerrada. Si se le formula cargo, los familiares de Gallardo y Legname podrán asumir el rol de querellantes para tener participación en el expediente y para, si así lo desean, realizar una demanda contra el Estado.

“La fiscalía está en todo su derecho de solicitar una formulación de cargo. Es lo que corresponde ante la evidencia que tiene en su poder. Pero también tendrá que valorar la que nosotros tenemos”, señaló el defensor del policía Augusto Avellaneda.

El profesional indicó que sólo se mostraron sorprendidos por la acusación por exceso en la defensa. “Pensábamos que eso no se tendría en cuenta porque él actuó como corresponde ante un ilícito grave producido en un contexto particular. De todas maneras, escucharemos las pruebas que tienen para realizar ese planteo”, señaló.

Avellaneda confirmó además que Lencina no está pasando por un buen momento. “Desde ese día que se encuentra recibiendo tratamiento psicológico y apoyo espiritual por parte del capellán de la Policía”, comentó. “Él desde hace mucho tiempo quiere contar todo lo que le sucedió y aprovechar esa situación para pedirle disculpas a los familiares por lo que sucedió. Creo que hoy tendrá la oportunidad de hacerlo”, finalizó.

En la audiencia que se desarrollará este martes, la fiscalía y la querella realizarán la acusación. Avellaneda intentará revertir la teoría del caso y la jueza Cinthya Lorena Rocha resolverá.

El debate no se desarrolló aún y en el barrio Modelo ya surgió la polémica. “Sólo en esta provincia pueden acusar a un policía por haber cumplido con su deber. Espero que al pobre policía no le pase nada”, explicó Lucrecia de Ramos. Su pareja Hernán Cobos opinó todo lo contrario: “hay que dejar que actúen los investigadores antes de opinar. No es una situación normal. Me parece que fue exceso lo que hizo”.

El estudiante universitario Juan Carlos Heredia rechazó los planteos que pretende realizar el fiscal. “Lo único que logrará es que los policías no actúen porque tendrán miedo de terminar procesados”, comentó. “Es cierto que vivimos mal por la inseguridad, pero tampoco es bueno que un uniformado realice varios disparos en una zona donde hay mucha gente. Debería haber sido más equilibrado”, señaló su amigo Oscar Décima.

Sea cual fuere la decisión de la jueza, queda claro que el caso estará atravesado por una fuerte polémica que apunta básicamente a los límites que debe aplicarse al accionar policial para diferenciarlo del que suelen exhibir los delincuentes, algo que está estrechamente relacionado con la preparación que se le da a un efectivo policial antes de permitirle usar un arma.

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