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Los bares podrán colocar más mesas en las calles, según la iniciativa de una iniciativa de la Municipalidad para regular la expansión de los locales gastronómicos sobre la vía pública.

“Sentarse a tomar o comer algo en una vereda, calzada o plaza se hizo ya una buena costumbre, pero no existe ninguna norma de contralor que chequee ni permita el uso de estos espacios por parte de los negocios. La idea es formalizar su uso, blanquear la situación y encuadrar la práctica dentro de una serie de normativas”, dijo Claudio Viña, secretario de Ingresos Municipales.

El proyecto de ordenanza será presentado este mes en el Concejo Deliberante y cuenta con la colaboración de la Dirección de Planificación Urbanística y la Subdirección de Vía Pública del municipio capitalino.

La iniciativa exigirá que los negocios que deseen ampliar sus márgenes sobre el espacio público pidan primero autorización a la entidad de aplicación pertinente.

“En el registro habrá una serie de calles que estarán incluidas y otras que no en función de distintos criterios de seguridad. Para empezar, tenemos que cumplir a rajatabla con la Ley Nacional de Tránsito y contemplar que esas vías de circulación posean un ancho determinado; dado que el proyecto implica dejar menos carriles habilitados para el tránsito vehicular”, explicó Viña.

También se omitirían de la lista las arterias caracterizadas por su constante movimiento de colectivos, como Salta, Córdoba y Santiago del Estero.

Después de que el establecimiento gastronómico sea habilitado, el siguiente paso constará de crear una demarcación especial que indique los límites del área. “Hay bares que marcan con conos de plástico, cintas de obras o tachos vacíos de cerveza el cuadrante. Esto no podrá realizarse más; los propietarios deberán construir un cerramiento adecuado. Primero, por una razón estética, de planeamiento y ordenamiento de la ciudad; pero fundamentalmente por un tema de seguridad”, dijo el funcionario.

Las estructuras tendrán que ser lo suficientemente estables para atenuar algo del impacto causado en caso de un siniestro vial. También, la municipalidad reclamará la contratación de un seguro de responsabilidad civil para que la clientela goce de cobertura ante cualquier accidente automovilístico.

El programa arrancaría en sus dos primeras etapas con las cafeterías. Luego, un proyecto paralelo reglamentaría la aparición de foodtrucks.

Una vez que la ordenanza se apruebe, Viña enfatizó que los comerciantes dispondrían de un plazo para re adaptarse. El documento prevé unos 90 días como mínimo.

“Inclusive trataremos que ocurra luego del verano porque en esta época la demanda de los espacios verdes y la vía pública resulta mayor. Puede que recién a finales de marzo la situación sea óptima para activar todo el sistema”, remarcó.

 

 

 

fuente: contexto

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