“El plantel estaba con energía negativa”. El Brujo Manuel se transformó en uno de los exóticos personajes del momento luego de viajar de manera exclusiva a Quito para “ayudar” a destrabar la clasificación al Mundial de Rusia 2018 a la selección argentina.

Los medios se hicieron presentes en su templo de Gorina para hablar con el místico hombre que hasta recibió elogios del presidente de la AFA Claudio Tapia tras la victoria en Ecuador.

“Esto venía de una promesa quebrada por la Selección hace muchos años y también que Brasil le dio duro para que no salga campeón contra Alemania”, advirtió Manuel recordando la caída en el Mundial 2014 y la supuesta promesa incumplida del plantel campeón de 1986 a la Virgen de Tilcara.

El Brujo se definió como “sanador” aunque apeló al misterio para dar detalles de su labor. “Ya está. Después si querés saber, vení vos y te atiendo afuera de todo esto”, le espetó al periodista que lo consultó.

Advirtió que fue convocado “por gente conocida” y se marcó como un ser humano “católico” que tiene un don: “Veo las cosas. Nada más. Siento orgullo de hacer lo que hago y no me arrepiento”.

“Siempre veo el fútbol, veo todo. Estaba mal la Selección, había unas cosas hechas que no podían hacer goles. Fui, destrabé eso y nada más, listo”, explicó sobre su rol en la victoria argentina con tres tantos de Lionel Messi en la altura.

Cuando los periodistas intentaron indagar más sobre su trabajo, puso un freno: “¡Papá, jugaban bien pero no hacían goles! Ustedes lo vieron: venían jugando pero no hacían goles. Bueno, yo fui, destrabé eso y nada más”.

Manuel, que también había sido convocado para el título de Copa Libertadores que Estudiantes conquistó en 2009, explicó que recibió consultas de personalidades famosas como Cacho Castaña y Ricardo Fort en el pasado.

En los minutos previos al partido, deambuló por el Estadio Atahualpa de Quito: “Voy, camino un cachito por ahí, por el vestuario, hago lo que tengo que hacer y nada más. Listo. Nadie me ve. Yo a los jugadores no los vi. Hice lo que tenía que hacer calladito, después me fui arriba a la tribuna”.

Si bien viajó de incógnito, su historia se conoció poco antes del inicio del partido y se transformó en una de las situaciones pintorescas que envolvieron un duelo trascendental.

¿Desde dónde observó el encuentro? En una de las mejores ubicaciones: “Vi el partido en el palco. Estaba Ruggeri, todos ahí. Me quedé quietito, solito ahí. No hablo con nadie”.

Manuel no le pone tarifa a su trabajo, aunque el viaje a Ecuador se lo costearon completo. “Atender a 800 ó 900 personas por día y te dan 10 pesos, con eso vivís. La gente trae todos los problemas, amor, salud, de enfermedades. Por tristeza, angustia, depresión”, señaló sobre sus ingresos.

El cierre de la entrevista llegó cuando el Brujo se quebró ante una pregunta: “Nunca soñé esto. Todavía no puedo despertar del sueño”.

“Messi es un ser humano que se merece todo. No hay que hablar mal de él, al contrario. Cuando no podía hacer goles sufría y lloraba. ¿Cómo no va a llorar el alma de él al querer hacer y no poder? Ahora gracias a Dios se le abrió el arco”, concluyó sobre el crack del Barcelona.

Fuente: Infobae

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