azucar

Por Fabián Seidán de Diario Cuarto Poder. La Organización Mundial de la Salud (OMS) desaconsejó el uso de edulcorantes y abrió un fuerte debate entre médicos y nutricionistas que, pese a todo, se reúsan a demonizar a los endulzantes artificiales, como sí lo hacen con el azúcar. Esperan más datos, dicen, mientras que en Tucumán algunos legisladores ya tomaron medidas.

Edulcorantes nada de buenitos

La Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó la semana pasada un documento explicando que aditivos como el aspartamo, la sacarina o la estevia (edulcorantes artificiales), no son efectivos en la reducción de la grasa corporal o dietas a largo plazo. Además, señalaron que podrían tener efectos indeseados en el organismo humano si se usan por plazos extendidos.

La conclusión surgió tras una serie de estudios y de ahí la recomendación de la OMS sobre el uso de sustancias edulcorantes para controlar el peso. Básicamente desaconseja su empleo.

Para Francesco Branca, director de Nutrición en la OMS, reemplazar los azúcares libres con edulcorantes sin azúcar no ayuda a controlar el peso a largo plazo. Por eso instó a las personas a reducir su consumo o elegir mejor frutas u otros alimentos en su reemplazo.

Lo extraño es que los nutricionistas no quieren demonizar a los endulzantes artificiales como sí lo hacen con el azúcar. “Hay que considerarlos como una herramienta más para el control del peso”, dicen sobre los edulcorantes y agregan: “Podemos sumarlos a la dieta, pero necesitamos otras acciones clave como, disminuir el tamaño de las porciones, hacer actividad física regular, consumir comida casera y en lo posible disminuir el consumo de alimentos ultra-procesados”.

Si vamos por eso…

También se podría decir que el azúcar, obtenido de la caña, no es malo; ya que una ingesta de 10 cucharaditas diarias es lo óptimo. Pero no, eso no lo dicen. Tampoco dicen que el azúcar cuenta con una serie de propiedades que ayudan, como que es una fuente rápida para obtener energía para el cerebro, los músculos y el sistema nervioso.

Pero le guste o no a nutricionistas anti-azúcar, el estudio de la OMS es contundente: “Los edulcorantes artificiales también están relacionados con un aumento del riesgo de desarrollar diabetes de tipo 2 y enfermedades cardiovasculares y de mortalidad”.

El Canadial Medical Association Journal

Otro estudio publicado en 2017 por Canadial Medical Association Journal afirma, tras realizar una revisión de más de 11.000 casos, que el uso de edulcorantes no tiene beneficios alguno para la salud, sino todo lo contrario.

En dicha revisión se tuvo en cuenta tanto el uso de edulcorantes naturales, como la stevia y los edulcorantes artificiales, como la mencionada sucralosa. Según sus resultados, no existirían beneficios en personas con hipertensión o diabetes, e incluso se relacionarían con un mayor riesgo de aumento de peso, diabetes tipo 2, hipertensión, ictus y enfermedades cardiovasculares en general. Según esta revisión, los edulcorantes artificiales alterarían la flora intestinal, provocando todos estos perjuicios.

Lo cierto es, que ni lerdos ni perezosos, los legisladores tucumanos por el Frente de Todos, Juan Rojas, Regino Amado y Javier Morof ya elevaron un proyecto de ley para que se prohíba en todo los bares de Tucumán la provisión de edulcorantes artificiales. El proyecto se sustenta en las advertencias de la OMS al consumo de los endulzantes artificiales que tanto daño le hace la gente.

Sería bueno saber si los concejales de la ciudad de Córdoba, que en 2017 armaron toda una polémica al prohibir la presencia de sobrecitos de azúcar en las mesas de bares -calificando al azúcar como un alimento dañino-, si ahora harán lo mismo con los edulcorantes artificiales.

La misma pregunta le cabe a los concejales de la ciudad de Neuquén que en 2019 prohibieron  la exhibición de sobres de azúcar en todos los bares y restaurantes, exigiendo que se coloquen a la vista de los clientes “opciones endulzantes saludables”.

Diez a doce cucharadas de azúcar

Esa sería la máxima cantidad que deberíamos consumir al día, según los nutricionistas, para evitar problemas de salud por el alto poder calórico que aporta el azúcar.

Es difícil determinar si intercambiar azúcar por un edulcorante es realmente saludable en todas las circunstancias. Lo cierto es que comer productos bajos en azúcar y bajos en calorías no es garantía de que te mantendrás delgado. No son un reemplazo para una dieta saludable.

Para crear un poco de contexto es necesario saber que los edulcorantes nacen para suplir el exceso de azúcar consumido por la población occidental, además se convirtió para muchas personas en una solución paliativa que permite evitar las consecuencias metabólicas del abuso de azúcar, sin tener que renunciar por ello al sabor dulce.

Una de las mayores incógnitas que existe es sobre si los edulcorantes son seguros y mejores en casos de pérdida de peso, y la verdad es que si miramos en primer plano y solo miramos el aporte calórico entre uno y otro la respuesta sería sí, pero las cosas siempre van más allá.

De hecho, algunas instituciones públicas internacionales no recomiendan el uso de edulcorantes. Es el caso de la Organización Mundial de la Salud, la Organización Panamericana de la Salud e incluso el Departamento de Agricultura de Estados Unidos.

En conclusión, los azúcares añadidos o los edulcorantes no son recomendables.

Azúcar y el consumo de bebidas con alcohol

Según estudios recientes, en Argentina se consumen 114 gramos de azúcar diarios por habitante, cuatro veces la cantidad recomendada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que se determina entre 25 y 50 gramos.

De ahí que se haya “demonizado” al azúcar.

Pero si comparamos el tema con el consumo de bebidas alcohólicas, el vino por ejemplo, no vemos campañas tan duras contra esta industria. Es más, la protegen y hasta la incentivan. Es tan fuerte el lobby vitivinícola que se habla muy poco de reducir la ingesta de vinos y ni hablar de las campañas de conscientización del consumo de alcohol a la hora de manejar un vehículo.

Alguien se preguntó alguna vez ¿por qué no hay controles de alcoholemia en las denominadas “Rutas del Vino”? ¿Por qué no hay controles fijos a las salidas de las bodegas?

Si se quiere incentivar el consumo de alcohol en serio, deberían poner micros para llevar a los visitantes que quieran conocer las bodegas y comprarse un vino, así no arriesgan sus vidas y de terceros tras haber degustado varios Malbec, Syrah o algún que otro Merlot.

El azúcar debería ser tratada como el vino, ya que, con moderación, no causa daño; por el contrario es saludable y una buena fuente de energía.

El azúcar de caña es un endulzante natural que, entre otras cuestiones, se produce mayoritariamente en Tucumán, generando riqueza, puestos de trabajo y desarrollo en las ciudades donde se alzan los ingenios azucareros.

La industria azucarera argentina está constituida por 19 ingenios en total, de los cuales 14 están en Tucumán, 2 en Salta y 2 en Jujuy. Este complejo agroindustrial cuenta además con 16 destilerías de alcohol, 12 deshidratadoras y más de12.000 productores cañeros.

Sólo Tucumán tiene 280.000 hectáreas de caña de azúcar plantadas y en dicha actividad trabajan en forma directa e indirecta más de 60.000 personas.

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