La pareja de ancianos hacía siempre la misma apuesta. Exhibieron gran cantidad de tickets con los números ganadores. Pero el de la fecha afortunada no apareció.

Una pareja de ancianos de la localidad rionegrina de General Roca ganó más de 600.000 pesos en el Loto, pero aunque se esforzaron, no pudieron encontrar el ticket correspondiente y no pudieron cobrar el premio.

Mónica Martínez, propietaria del kiosko JC, ubicado en Tucumán al 1300 de General Roca, le contó la historia a Clarín. Se la escuchaba resignada: había hecho todo lo que estuvo a su alcance para que los 622.312,40 pesos del premio de la modalidad Sale a Sale del Loto del 5 de abril llegaran a quien le correspondían. Pero no lo logró.

Días después de que por el sistema informático de Lotería Nacional se enterara de que el premio se había jugado en su agencia, Mónica comenzó a inquietarse. El ganador no aparecía y el dinero tampoco había sido cobrado en otro local. Sabía que la apuesta se había hecho el martes 4 de abril poco después de las 9 de la mañana. Imaginaba que el apostador era alguien que había pasado por su comercio de paso hacia el mercado que está al lado, pero no tenía más datos. Así que llamó a los medios de comunicación de la ciudad y desde la radio y la televisión se buscaba al afortunado, que seguía sin dar señales de vida.

Pero este martes, 48 horas antes de que venciera el plazo para cobrar el premio, una señora mayor entró en la agencia con las bolsas de las compras y pidió una boleta de Loto con los números 11, 14, 25, 34, 37 y 39, que eran los mismos seis números de la boleta ganadora.

“Cuando se lo dije, la señora no mostró gran sorpresa, pero sacó de su cartera varios boletas de jugadas anteriores, todas con los mismos números; pero no había ninguna del 5 de abril”, relató la dueña de la agencia a este diario.

La anciana siguió con sus compras esa mañana. “Creo que no tenía una idea clara sobre la cifra de la que estábamos hablando”, comentó Mónica Martínez.

La señora regresó a la agencia horas después, esta vez acompañada de su esposo y con un pilón boletas del Loto, todas con los números 11, 14, 25, 34, 37 y 39, pero ninguna de la fecha afortunada.

“Se fueron. El señor tenía la esperanza de encontrar la boleta en su casa, pero me contó que ya había dado vuelta todo buscándola. No vinieron más. El plazo venció ayer y el premio no fue cobrado”, contó Mónica.

La pareja hacía sistemáticamente, dos veces por semana, la misma apuesta. La mujer iba caminando al mercado, por lo que en la agencia estiman que viven cerca del lugar, pero no tienen más datos de ellos. “La señora me señaló, en este bolsillito guardo las boletas viejas, en este otro las nuevas”, relató la agenciera sobre la tan improbable sucesión de buena y mala suerte.

Fuente: Clarín

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