femicidio

Todo comenzó el viernes a las 7, cuando tras un llamado anónimo la Policía encontró el cadáver de María Aidé Sotelo, de 45 años (empleada doméstica), atravesado por cinco puñaladas, y a su esposo, Miguel Angel Santucho, de 49 (albañil), con una herida punzante en el estómago.

Cuando el personal Policial se hizo presente en el lugar, hallaron entre las ropas del herido una nota. Lo que leyeron despejó toda duda sobre lo sucedido.

La carta había sido escrita por Santucho, aparentemente después de haberse provocado la herida que presentaba. En la misma admite el crimen, aunque no intenta explicar su decisión ni deja indicios de por qué lo hizo.

Esos indicios aparecieron cuando se revisaron los celulares de ambos, en especial el de la mujer, en el que según trascendió, Santucho habría encontrado algunos mensajes que motivaron su terrible reacción. Ambos aparatos están en poder de la Justicia.

El femicida fue trasladado al hospital de Ranchillos, donde los médicos lo intervinieron y quedó internado con custodia policial. El fiscal debe evaluar su estado de salud antes de realizar la formulación de cargos en su contra.

Mientras tanto, la investigación alcanzó al entorno del matrimonio. Uno de los hermanos de la mujer, que prefirió el anonimato, dio algunos detalles de la rutina de la pareja. Contó que dos de sus hijos vivían con ellos y que ambos solían salir de madrugada de la casa para trabajar.

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