Los jueces e integrantes del Ministerio Público Fiscal de Río Negro, durante el juicio en el que un hombre fue condenado a 35 años de cárcel por grooming.

Tiene 41 años y, según la Justicia, sometió a 23 niñas y adolescentes “a una violencia psicológica atroz”. Es la pena más alta aplicada por este delito en el país.

En un fallo histórico, la Justicia de Río Negro condenó a 35 años de prisión a un hombre de 41 años que sometió a decenas de menores de edad amenazándolas con publicar imágenes suyas íntimas. Se trata de una condena por grooming que no tiene antecedentes en la Argentina, indican fuentes judiciales y de organizaciones especializadas.

Como en un verdadero guión de terror, de esos que parecen exagerados para ser creíbles, este criminal mantenía digitalmente cautivas a numerosas niñas y adolescentes al mismo tiempo que les hacía las más diversas exigencias, a cualquier hora del día, bajo la amenaza de mostrar sus fotografías desnudas a su familia y hacerlas públicas en la web. Las chicas eran contactadas por Instagram, WhatsApp y Facebook. El criminal llevaba a cabo una “cacería humana”, indicaron veces judiciales.

La primera denuncia data de 2017. El hombre operaba desde un barrio de Bariloche y sometía a chicas tanto de la ciudad como del interior del país, Chile y Paraguay. Aunque la Justicia de la provincia ya se expidió, existe la posibilidad de que también en los países afectados tomen parte en el futuro, dicen los expertos.

El tribunal integrado por Bernardo Campana, Ricardo Calcagno y Romina Martini condenó al acosador digital a 35 años de prisión por 23 hechos que conforman los delitos de grooming, corrupción de menores, amenazas, coacción, distribución, tenencia y producción de imágenes de abuso sexual infantil, señala el fallo.

“La multiplicidad de adolescentes y la enorme extensión del daño sufrido por las víctimas fue considerado un agravante, por el fuerte impacto sufrido por ellas en la psiquis”, fundamentaron los jueces.

El fiscal Martín Govetto, a cargo de la acusación, se comunicó con otras fiscalías del país y especialistas en grooming para confirmar si la pena era única en el universo judicial local. “Estuve en contacto con fiscalías de Buenos Aires y con personas dedicadas al tema y no existen antecedentes –dijo a este diario–. Sabemos que en Inglaterra o Francia, donde hay legislaciones muy modernas, los jueces van con todo contra estos crímenes, pero acá esta condena es inédita”.

El hombre se encuentra detenido bajo prisión preventiva en la actualidad en el Penal de Viedma, pero la fiscalía solicitó que, en tanto no haya sentencia firme, la preventiva le sea extendida ante el peligro de fuga.

Los jueces e integrantes del Ministerio Público Fiscal de Río Negro, durante el juicio en el que un hombre fue condenado a 35 años de cárcel por grooming.

Los jueces e integrantes del Ministerio Público Fiscal de Río Negro, durante el juicio en el que un hombre fue condenado a 35 años de cárcel por grooming.

Su identidad no se informó porque como conocía a varias de sus víctimas, podrían relacionarse sus nombres. Padre de familia, con varios hijos, integraba un culto evangélico, aunque no era pastor. Se acercaba a sus víctimas a través de los amigos de sus hijos y de sus sobrinos.

“Es un fallo que no tiene precedentes y también es importante resaltar que, aun sin tener contacto físico, con las menores él se introducía en su intimidad y las sometía”, explica el abogado Hernán Navarro, fundador de Grooming Argentina.

De la investigación participaron funcionarios de las áreas técnicas dependientes de Procuración General de la provincia, la Oficina en Investigación en Telecomunicaciones (OITEL), la Unidad Operativa para la Investigación, profesionales de la Oficina de Asistencia a la Víctima del Ministerio Público Fiscal provincial, el equipo de trabajo de la Unidad Fiscal y el Cuerpo Médico Forense del Poder Judicial, detalla un comunicado de la Justicia provincial.

Según trascendió, el criminal apuntaba especialmente a niñas y adolescentes de entre 11 y 17 años, y sólo habría un caso de una chica de 18 años. En su fallo, los jueces recordaron que la “magnitud de la violencia psicológica que ejerció sobre cada una de sus víctimas fue atroz”. Los magistrados también aludieron en su fallo a “la escalada de violencia psicológica que aplicó sobre las jóvenes en las conversaciones que se vieron en el debate, la radical desigualdad de poder que ejerció y la especial prolongación en el tiempo”. En algunos casos esta situación de amo-esclavo se prolongó durante casi un año, demostró la investigación.

El hombre conocía a algunas de sus víctimas y su “vínculo personal” fue utilizado para agilizar la instancia de sometimiento gracias a los datos previos. Con otras estableció comunicaciones digitales de confianza en las redes sociales que condujeron a que accediera a imágenes íntimas de las niñas.

Una vez que tenía elementos que pudieran avergonzar o comprometer a las chicas comenzaba a torturarlas mediante continuas exigencias a cualquier hora del día, bajo la advertencia de que sus fotografías podían ser sacadas a la luz.

En el juicio se escucharon las narraciones en donde quedaba de manifiesto lo “desesperante, torturante y humillante a lo que fueron sometidos las víctimas. Vivieron sojuzgadas a la voluntad del imputado, con la amenaza de ser escrachadas antes sus familiares y amigos, porque no cumplían con sus exigencias”, según informó la Justicia.

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