Letras de Fuego / Literatura. La escritora jujeña Eugenia Melina Noelí Zamudio aporta su colaboración literaria a nuestra emblemática sección, con dos micro relatos “Descartes duerme” y “Colgado”, que compartimos a continuación:

DESCARTES DUERME

Y ahí está, durmiendo, en el intento de biblioteca, bueno, en realidad está en el placard con todos los demás libros, hasta tiene una dedicatoria. Pensaba en regalártelo el viernes, que era el único día hábil de la semana en el que podía verte. Cuando llegó tu mensaje para vernos el jueves decidí no llevarlo, me parecía que no tenía sentido.

      Aunque también pensé llevártelo ese otro viernes, pero preferí hacer como que no existía y lo olvidé. Así que ahí descansa, aún no lo leí, ni siquiera la introducción, solo lo abrí una vez y fue para escribir la dedicatoria, la escribí en otro idioma por si algún día se te ocurría prestarlo o algo así.

      ¿¡Qué loco todo no!? Justo acabo de ver una estrella fugaz y me acordé de vos, pedí tres deseos, bueno dos. Uno fue dejar de despertarme a las 5:30 de la mañana, que no sé por qué pasa pero pasa, y así van casi dos meses; y el otro que Descartes se levante, que responda las preguntas que tengo, él que sabe tanto. Igual creo que no me va a responder, la duda lo sigue persiguiendo, así como a vos, quizá tienen más cosas en común de lo que vos pensabas, ahora sé por qué era tu filosofo favorito, porque Descartes estaba seguro de una sola cosa: de que dudaba.

      Y ahí está, durmiendo, en el intento de biblioteca, bueno, en realidad está en el placard.

 

COLGADO

Ya llegaba tarde, casi sin pensar entré en el edificio, juro que no te había visto, me senté a esperar y cuando por fin pude respirar, miré a mi costado y ahí estabas. Me miraste y solo sonreíste como lo hacías siempre.

      Apenas y te escuchaba, cuando me decías que estabas para una entrevista, que te ibas porque era un bien para mí y no sé qué, primero no podía creer que te estaba viendo de nuevo, segundo: ¿por qué irte sería un bien para mí? No lo entendía. Tercero, tenía muchas preguntas: ¿cómo que te vas? ¿te vas a comunicar? Mientras seguías hablando, en mi cabeza me seguía haciendo mil preguntas, cuando por fin quise decir algo, te levantaste y te fuiste al baño; me dijiste que si te llamaban que avisara que ya volvías.

      A los minutos te llamaron, les dije que regresabas pronto, la secretaria entró de nuevo a la oficina. De repente se cortó la luz en todo el edificio, trajeron velas y  dejaron de llamar gente, aproveché que la luz no volvía y logré colarme en esa oficina, me intrigaba saber para qué estabas ahí, estaba dispuesta a preguntarle a la secretaria lo que fuera, a qué lugar te ibas, etcétera, obviamente no me dieron ninguna información, me acompañaron para que saliera y cuando crucé la puerta mi cara chocó con algo, al parecer ¿una zapatilla? Miré bien, sí, era una zapatilla. Volvió la luz y ahí te vi, ¡eran tus zapatillas! Ya no me mirabas, no estabas sonriente como lo hacías siempre. Estabas ahí colgado. Y sin poder reaccionar…me desperté.

 

Datos de la autora

Eugenia Melina Noelí Zamudio, es estudiante de Religión y de la Licenciatura en Letras, tiene 31 años, es cantante católica y artista callejera del género folklore.

Eugenia Melina Noelí Zamudio.

Es compositora desde los 19 años aproximadamente.

Actualmente se encuentra trabajando en su primer disco y de vez en cuando escribe textos.

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