Por Manuel Ernesto Rivas (Director). Esa parecería ser la expresión del intendente Germán Alfaro, al decir de nuestro columnista político Don Eduardo, quien en su diálogo refleja el paralelismo con un personaje pintoresco de la película “Cinema Paradiso”, la película italiana dirigida por Giuseppe Tornatore, con la actuación de Philippe Noiret, Jacques Perrin y Salvatore Cascio, entre otros.

En aquel filme, que es una declaración de amor por el cine, uno de los personajes más recordados es un demente que se apropia de la plaza cada medianoche, alejando a todos aquellos que circulaban por allí luego de esa hora. Más allá de la comparación con el “lord mayor”, lo que se pone en discusión es bajo qué instrumento o trámite legal, una empresa dedicada al expendio de combustibles y lubricantes, de manera minorista, puede extenderse, no sólo en su estacionamiento, mesas y sillas del bar que depende de ella, sino también en estructuras que sostienen equipamientos propios para el funcionamiento de la citada estación de servicio.

La empresa Raimon SRL figura como inscripta en Santiago del Estero, desde el 21 de marzo del año pasado y su publicación en el Boletín Oficial de la República Argentina así lo convalida. Es notorio observar cómo se avanza en territorio correspondiente al espacio público de la plaza Miguel Lillo, lo que no fue señalado por ninguno de los funcionarios que participaron de la inauguración.

Tampoco hubo aclaraciones por parte de los ediles que se presentaron en el lugar para acompañar al intendente Alfaro y al representante de la empresa. Todos destacaron el rescate del espacio público con la colaboración empresarial privada. Sin embargo, nadie habló del avance del estacionamiento justamente hacia el espacio vital del paseo público.

Tampoco se aludió a la posibilidad de extender la capacidad del bar con el avance también sobre la citada plaza, que lleva el nombre del sabio Miguel Lillo.

Una escalera metálica, que se ubica directamente sobre lo que antes correspondía al espacio público remodelado, conduce a las alturas, hacia un equipamiento relacionado directamente con la función de expender combustible, ya sea Gas Natural Comprimido (GNC) o naftas. El equipo está ubicado prácticamente a la altura del techo de la estación de servicio.

La empresa Raimon SRL no sólo habría tenido la gentileza de colaborar para mejorar un espacio público, sino que también sería proveedor de combustibles del municipio, porque funcionarios capitalinos cargan combustible a cargo de la Intendencia en la mencionada estación de servicios.

Si todo está en orden, existen las autorizaciones y no hay ninguna objeción, deberían ser los ediles capitalinos quienes lo rubriquen o ejerzan un control sobre las acciones del Ejecutivo municipal. Lo cierto es que la polémica recién comienza y habría algunas novedades que echarían un poco de luz sobre este paseo, que es de todos los vecinos de San Miguel de Tucumán.

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