La Legislatura aprobó hoy una ley que incorpora al Sistema Provincial de Salud (Siprosa) la labor del payaso de hospital, más conocido como “payamédico”. La norma -que unificó dos proyectos de ley- prevé entre otras cosas que cada institución pública debe contar con un servicio de Payasos Terapeutas. En el caso de los privados, este será optativo.

Ante un recinto colmado de payamédicos, la legisladora Adela Estofán de Terraf destacó que lo que ofrecen estos profesionales no es una terapia alternativa a la medicina o a la psicología, sino un complemento. “Lo que hacen produce dos impactos: en la subjetividad y en las instituciones. Es decir, ayudan a los sujetos a desdramatizar, a apaciguar el dolor en climas generalmente tensos; y además, al interactuar con pacientes, enfermeros y médicos, favorecen la convivencia en las instituciones, y humanizan el hospital y el tratamiento”, definió la parlamentaria, firmante de uno de los proyectos.

Emocionada, Estofán de Terraf celebró que los payasos terapeutas hagan prevalecer al paciente por sobre la enfermedad, “a la que a veces se le da más importancia”. Y agregó: “la salud es un concepto amplio y por eso es posible instalar estos complementos a la atención del enfermo. Hay estudios científicos que dan cuenta de que el estado de ánimo incide en la salud física”.

En el debate pidió también la palabra José María Canelada para aportar una reflexión breve, aunque emotiva. El presidente del bloque radical recordó cierta vez que los payamédicos asistieron a una prima suya y, volteándose hacia donde estos estaban, les dijo: “por lo que me dieron a mí y a mi familia, y por lo que vienen haciendo por todos, me sumo a los agradecimientos”.

La aprobación de la ley motivó aplausos y vivas de los payaterapeutas, que entraron al recinto para abrazar y sacarse selfies con los parlamentarios.

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