carne

Consultoras estiman que la tendencia alcista se mantendrá durante el primer trimestre del 2022. El consumo por habitante cayó 2,2 kilos en comparación con el año pasado. En los supermercados desaparecieron los cortes “buenos” y más demandados, tras el anuncio del gobierno de bajar los precios; en las carnicerías de barrio el kilo oscila entre los 850 y 1.100 pesos la costilla para asado.

Según estimaciones privadas, el precio de la carne vacuna aumentó entre octubre y noviembre un promedio de 10,8% y acumuló un incremento interanual de 75,5%. Este incremento se ubicó muy por encima del precio del pollo, que subió en el último año un 59%, y del cerdo, que tuvo una suba de 45,2%.

En solo una semana, novillitos y vaquillonas aumentaron hasta un 25% y esto se trasladó a los mostradores, con remarcaciones de hasta $200 por kilo.

De cara al primer trimestre de 2022, la menor disponibilidad de vacunos a nivel nacional será un factor que sumará presión alcista a los mostradores de las carnicerías. Esta situación se percibe tanto en la menor cantidad de animales en los feedlots como en los precios elevados de la invernada, la hacienda liviana con destino de reposición.

 

fuente: baenegocios

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