Linn Löwes y Madelen Ros son dos amigas que se convirtieron sensación en las redes por su peculiar modo de ejercitarse. Obtuvieron popularidad y una figura tonificada por sus rutinas de “peso amigo”, una incipiente tendencia en el mundo fit.

En los últimos años, en el fitness sobresalieron aquellos adeptos a la actividad física (no necesariamente especialistas certificados) que utilizan las redes sociales como canales de enseñanza para todos sus seguidores. Muestran métodos de entrenamientos, sugieren modos alimenticios y aconsejan incluir determinados cambios a los hábitos diarios, por ejemplo.

De este modo fueron floreciendo figuras que tiempo después se convertirían en reconocidos influencers del mundo wellness. Una fama adquirida por las peculiaridades que distingue a cada uno. Por este sendero transitaron las suecas Linn Löwes (29 años) y Madelen Ros (25). Ellas son las autoras de la cuenta de Instagram “Doble Dedicación”, en las que desarrollan las variantes y posibilidades de su manera de ejercitarse: el entrenamiento del “peso amigo”.

Este par de mujeres se conoció hace cinco años por un amigo en común. Desde aquel entonces, el apego al fitness las unió y desde el 2015 conforman un popular dúo, cuya cuenta suma más de 125.000 seguidores. La base del éxito que gozan yace en el trabajo en equipo. Su método consta de ejercicios que se efectúan con la ayuda del peso del compañero. Se trata de utilizar el cuerpo del otro como herramienta para obtener mayores beneficios musculares.

El “peso amigo” tiene principios ligados a la calistenia, el sistema de entrenamiento en el que se trabaja con el propio peso corporal, profundizando y enfocando la atención en movimientos de grupos musculares, más que en la potencia. Pero a diferencia de la calistenia, no es una rutina individual. Tener un socio es una condición sine qua non​.

Como los clásicos entrenamientos de resistencia, el método contribuye a aumentar la fuerza de los huesos y los músculos, el metabolismo, la autoeficacia y la autoestima. En los videos se ve cómo la pareja trabaja íntegramente los grupos musculares. Y en cada ejercicio, el esfuerzo lo realizan ambas y no solo de quien levanta el peso: la persona que sirve como carga tiene que estabilizar su cuerpo para ser levantado con seguridad, ya que la incapacidad para hacerlo podría provocar lesiones.

“Es genial estar con alguien que ama tanto el deporte como tú y dar un paso más utilizando su cuerpo como peso para hacer sentadillas o flexiones. También puedes sentirte bien contigo mismo porque estás ayudando a otra persona”, coinciden en declaraciones al sitio Cosmopolitan e invitan a explorar el estilo.

Queriendo imponer una nueva tendencia, el nuevo modelo puede ser una variante válida para aquellos que evitan ir al gimnasio aduciendo que se aburren, que no les gusta acudir en soledad. Y también propone una motivación extra, un desafío constante de igualar o superar la performance del acompañante. No dejando de lado además la diversión que genera intentar incurrir en algunas de las poco convencionales poses: “Algunos (movimientos) resultan impresionantes, y algunos terminan catastróficos, pero siempre con mucha risa”, reconoce Linn.

Fuente: Infobae

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