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Gimnasia sacó pecho en su estadio “23 de Agosto”. Anoche “borró” de la cancha al puntero de la Primera Nacional, Belgrano de Córdoba, y lo venció uno a cero. En realidad, debió haberlo goleado, pero Leandro González no estuvo afilado al desperdiciar tres chances netas y por eso sufrió al final los 12 minutos de más, adicionados por el árbitro Rey Hilfer. El Santo tucumano sonríe.

El partido se jugó con un excelente marco de público, unos 3.000 cordobeses y 9.000 locales, haciendo que las tribunas recuperarán su color después de mucho tiempo.

Levantada del Lobo

El triunfo sirvió para ratificar el camino de la levantada que se inicio la semana pasada ante Deportivo Riestra, pero todavía falta por recorrer.

De entrada, Palavecino probó de afuera y salió desviado. Un aviso. El “pirata”, desdibujado, se limitaba a defender en el medio, no pensando nunca en pasar a posiciones ofensivas, algo que llamó la atención teniendo en cuenta que venía de siete victorias al hilo y que se calzó el rótulo de candidato. Después un centro de Rizzi perfecto no pudo terminar en gol porque González, de primera, pateó desviado en el área chica. Increíble.

El “lobo” se mostró seguro con la pelota e intentó siempre por abajo, tratando de lastimar con pases “cortados” entre los centrales o triangulando de primera. Sorprendió esta “predisposición” saludable de los muchachos, ya que en los últimos tiempos apostaban más al corazón que al fútbol. Y uno de los hombres claves fue Francisco Maidana. El juvenil, bien acompañado por Belleggia, se adueñaron del medio y no hubo pelota que no pasara por sus pies. En el complemento, otra vez el incansable Palavecino exigió a Losada, y un rato más tarde entre Belleggia, Méndez, quien envió un centro perfecto, y Leandro González, que falló bajo el arco nuevamente, no pudieron abrir la cuenta.

Belgrano respondió con un contragolpe de Comba que asustó a lo hinchas, pero el ingresado Matías Reali entró con todo por derecha al área y clavó un golazo al ángulo. Seis minutos más tarde, Rizzi volvió a habilitar a González, quien falló. El cabezazo de Novarelli al travesaño en la última jugada no terminó en grito porque hubiese sido tremendamente injusto.

 

 

fuente: eltribunodejujuy

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