“Hoy, los poderosos son ellos. Por eso tenemos que estar más atentos que nunca.” La frase, del precandidato a diputado nacional por la provincia de Buenos Aires Nicolás Rodríguez Saá (Unidad Ciudadana), adelanta uno de los aspectos clave que tendrá el detrás de escena de la campaña kirchnerista este año. El espacio que gobernó el país por 12 años se enfrenta ahora a sus primeras elecciones generales como oposición y ya está en la búsqueda de un ejército de fiscales electorales para que “cuiden” los comicios de posibles irregularidades.

“Tienen todo el aparato y por eso tenemos que estar atentos. No extrañaría que hubiera alguna cosa rara [durante la votación] porque no les dan los números para ganar”, agregó el precandidato, hoy a cargo de la Casa de San Luis en Buenos Aires y sobrino del gobernador de esa provincia, Alberto Rodríguez Saá.

Por ahora con menos premura e intensidad que la amplia convocatoria a fiscales que impulsó Cambiemos durante la campaña presidencial de 2015, el kirchnerismo organizó capacitaciones en el Instituto Patria, que tendrán lugar la semana que viene en la sede del microcentro. Allí, los militantes voluntarios tendrán encuentros con profesionales que les explicarán qué deben hacer en las mesas de votación para evitar el robo de boletas y comprobar que los datos cargados en los telegramas sean los correctos, entre otros detalles.

En una convocatoria titulada “Cuidemos nuestro voto”, los cursos para los fiscales voluntarios durarán toda esta semana, se llevarán adelante en un lugar aún por designar y finalizarán con la entrega de un instructivo.

“Ahora no tenemos ningún tipo de injerencia en nada. Estamos fuera de todo. Es con nuestros fiscales de mesa que nosotros podemos hacer algo en todo el proceso del escrutinio”, justificaron en el instituto, refugio político de Cristina Kirchner en territorio porteño. “Ahora nuestra responsabilidad es tener los mejores fiscales y lo más capacitados para que sepan defender cada voto. Lo hacemos siempre en cada distrito”, agregaron.

Así como ya no cuenta con el aparato del Estado, el cristinismo también perdió el control del PJ, que quedó en manos del ex ministro Florencio Randazzo. Sin embargo, en Unidad Ciudadana afirman que eso no les preocupa.

El ex ministro de Cristina Kirchner y ahora precandidato a senador por la provincia de Buenos Aires se habrá quedado con la estructura del partido, pero no con la capacidad de movilización. Así lo advierten también en el kirchnerismo, y aseguran que el verdadero apoyo territorial permanece leal a la ex presidenta. “Los intendentes están adentro”, aseguran en la provincia, donde la diputada nacional Teresa García coordina la fiscalización. LA NACION intentó, sin éxito, contactarse con la legisladora.

Fuente: La Nación

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