Ahora viven en ella seis pacientes estabilizados que por razones sociales no tienen donde ir.

El director del hospital Obarrio, Gabriel González, contó que el efector habilitó una casa de convivencia donde ahora viven seis usuarios. “Son pacientes que por razones sociales no tienen donde ir y ya están estabilizados. Con la nueva ley pueden formar casas de nuevos caminos de convivencia. Ellos trabajan por la mañana en el quiosco del efector y luego se van a la casa. Durante los primeros meses les haremos la comida, estarán con una terapista ocupacional, un profesor a la tarde y a la noche un enfermero para que le controle la medicación”.

La ley Nacional de Salud Mental (Nº 26.657) establece que la autoridad de aplicación debe promover que las autoridades de salud de cada jurisdicción, en coordinación con las áreas de educación, desarrollo social, trabajo y otras que correspondan, implementen acciones de inclusión social, laboral y de atención en salud mental comunitaria. Se debe promover el desarrollo de dispositivos tales como: consultas ambulatorias; servicios de inclusión social y laboral para personas después del alta institucional; atención domiciliaria supervisada y apoyo a las personas y grupos familiares y comunitarios; servicios para la promoción y prevención en salud mental, así como otras prestaciones tales como casas de convivencia, hospitales de día, cooperativas de trabajo, centros de capacitación socio-laboral, emprendimientos sociales, hogares y familias sustitutas.

En la oportunidad González explicó que ellos pueden estar el tiempo que quieran en la casa. Este un adelanto muy grande para el hospital y estamos pensando en otra casa. La vivienda es para ocho personas por lo que hay posibilidad q se sumen dos más”, indicó

La coordinadora a cargo de la Unidad de Externación, Andrea Espector, resaltó que esto se creó con el objetivo de restituir los derechos a los pacientes internados sin criterios de internación. “Son varios los efectos clínicos de todo este proceso, por ejemplo: pacientes que lograron armar grupos, entablar lazos entre pares, tener sueños y proyectos escalonados. En fin se dieron cuenta que no tienen un techo”, concluyó.

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