El país estuvo entre los de más alta caída de PBI en medio de la pandemia. Ningún sector escapa a una crisis en la que la falta de moneda y crédito hacen descartar una recuperación automática.

Algunos datos son más recordados que otros, porque son primados: no tienen antecedentes. Por ejemplo, en abril la industria automotriz argentina no produjo ningún auto. Nones. Caída del 100%, contra cualquier número que se lo compare. Estaba cerrada.

Ese mismo mes, las escrituras de compra-venta de inmuebles en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires fueron 7, con lo que la caída respecto del mismo mes de 2019 (un año recesivo) fue del 99,7%.

Un cuadro que dice todo

Son datos recordables, por extremos. Pero la amplitud y profundidad de la peste que atraviesa la economía argentina a fuerza de coronavirus y cuarentenas se refleja mejor en un cuadro compilado por Marcelo Capello, Laura Caullo y Fernando Kühn, economistas del Ieral de la Fundación Mediterránea.

De 14 indicadores de distintos sectores y relevados por distintas fuentes para los meses de marzo, abril y mayo, 6 casilleros quedaron en blanco: los datos todavía no están. Los 36 para los que hay datos son todos negativos.

Uno, la ya mencionada producción automotriz de abril, cae tres dígitos, 34 marcan retrocesos de dos dígitos y sólo uno, el índice de actividad industrial de la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL) arroja una caída de “sólo” un dígito, con un declive del 7%.

Nadie se salva

Ni las ventas minoristas de las pyme, ni la construcción, ni el sector automotor, que además de no producir ningún auto tampoco pudo exportar mucho de los que ya tenía (sus exportaciones cayeron 88%), ni los indicadores que miden al conjunto de la industria, ni el relevamiento de CAME de las Pyme industriales, ni el sector de Bienes de consumo durables, ni el de Bienes de Capital (caída del 83%) ni –consecuencia de todo lo anterior– el nivel de actividad general, que según el Estudio Ferreres cayó 10% en marzo y 19% en abril, en tanto que el más amplio Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) del Indec, arrojó una caída del 11% en marzo, mes casi no tocado por la cuarentena, y recién el lunes se conocerá el dato de abril, que será (fue) peor.

Peor que en tras la salida de la convertibilidad

“Para igual cantidad de meses de recesión, la caída actual es más profunda que en la crisis del final de la Convertibilidad”, dice el paper del Ieral, aunque acota esta vez debería ser más corta. En los 24 meses posteriores a la recesión iniciada en 1998, el PBI argentino cayó 5%, pero en los 24 meses desde la recesión iniciada en 2018 retrocedió el triple: 15,3 por ciento.

 

 

fuente: infobae

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