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El Banco Central continúa vendiendo un importante volumen reservas para que los tipos de cambio financieros no superen los $ 600 antes de las PASO. Un posible incremento de los rendimientos en pesos se debería definir luego de la divulgación del dato de inflación, el martes próximo.

 

En medio de una renovada presión cambiaria en la previa electoral, las miradas vuelven a posarse sobre el Banco Central. Las especulaciones vuelven a girar en torno de la posibilidad de avanzar en una nueva suba de las tasas de interés, que hace ya varios meses permanece en el 97% anual, pero sería insuficiente en el actual contexto.

El economista Fernando Marull consideró que la tasa debería subir al menos otros 10 puntos porcentuales, pasando del 97% al 107%. No se trataría solo de contener la suba de los dólares financieros y del tipo de cambio libre, que a pesar de los férreos controles oficiales igual rozó ayer los $ 600.

La lógica de incrementar un escalón adicional la tasa es también acompañar el ajuste del tipo de cambio oficial, que viene acelerando. El Central pasó la tasa de devaluación del 7,5% a prácticamente el 11% desde el arranque de agosto.

Este ajuste mayor del “crawling peg” podría tener consecuencia sobre la liquidación de divisas por parte de los exportadores. Para las empresas rinde más quedarse con los dólares mientras se acelera el ajuste cambiario que apurarse a traer las divisas y quedar colocado en pesos.

Por lo tanto, un nuevo salto de la tasa en pesos tendría su lógica por donde se lo mire, tanto para tratar de contener la suba de los dólares financieros como para incentivar a liquidar a los exportadores.

Pero nada sucederá en los próximos días, al menos hasta después de las PASO. Sería una señal negativa para Sergio Massa promover un nuevo incremento de la tasa, con el impacto que esto podría tener en los niveles de actividad de los sectores productivos.

Por otra parte, no está claro en absoluto que un incremento adicional de tasas logre tranquilizar al mercado cambiario. Más bien esto parecería depender más de los resultados electorales y de la reacción de los inversores el “día después” de las primarias que de una medida puntual que tome el BCRA

Actualmente, la tasa de política monetaria se encuentra en 97% nominal anual, equivalente a un rendimiento de 8% mensual. Se trata de un nivel menor al ritmo de devaluación de 11% mensual promedio que está manejando el Central.

Por otra parte, el FMI también le exigió a la Argentina en el acuerdo alcanzado recientemente que mantenga las tasas de interés positivas en términos reales. Esto significa que el Central debe remunerar las colocaciones en pesos por encima de los niveles de inflación, algo que ahora se consigue sin que sobre nada. Incluso para agosto se espera un índice superior al 8%, lo que dejaría la tasa nuevamente en terreno real negativo.

Aunque el dólar oficial ha perdido referencia para las empresas, la aceleración del ajuste del tipo de cambio en lo que va de agosto le suma presión al Central para volver a subir la tasa de interés, que actualmente se mantiene en el 97% anual. Pero cualquier definición sobre el futuro de los rendimientos en pesos se tomará luego de las PASO

La aceleración del dólar oficial también estaría dentro del compromiso alcanzado con el Fondo, que hace tiempo viene advirtiendo sobre la necesidad de sincerar el tipo de cambio, en medio de una brecha cambiaria que volvió a superar el 100%. De acuerdo al organismo, el atraso del tipo de cambio oficial sería de entre 20% y 25%, aunque la escalada de los otros tipos de cambio sugiere que este cálculo quedó corto.

A su vez, los bonos que ajustan de acuerdo a la evolución del tipo de cambio oficial (dollar linked) tuvieron un aumento significativo, trepando cerca de 10% desde el arranque de agosto. Se trata de un instrumento que le permite sobre todo a las empresas protegerse ante la posibilidad de una devaluación del tipo de cambio oficial.

El Gobierno apeló a un virtual feriado cambiario para evitar que el dólar libre supere los $ 600, pero aún tuvo que seguir vendiendo reservas para evitar una escalada mayor de los dólares financieros. Sin embargo, lo logró a medidas, ya que el contado con liquidación también quedó en $ 590 y el MEP -que registra una demanda incesante- se fue a $ 528. Pero a pocos días de las PASO, cada vez son más voluminosas las ventas de reservas para que se disparen más las cotizaciones cambiarias.

fuente: infobae

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