Télam, Buenos Aires, 30/03/2008 El 2 de abril de 1982 hace 26 años el país se sacudió con una noticia impactante, las Malvinas habían sido recuperadas. Soldados argentinos se aprestan a entrar en combate en las Islas Malvinas Foto: Archivo/Télam/cf

Homenaje poético / Dijeron presente. En una fecha tan cara a los sentimientos de los argentinos, poetas y centros de la cultura difundieron poemas y narraciones para homenajear a los ex combatientes de Malvinas.

Los homenajes se sucedieron en esta jornada de conmemoración. Pablo Alfredo Espeche, el poeta urbano, difundió en YouTube.com un video de su participación en un acto conmemorativo, su poema “Hombres de roca, corazón de fuego”.

El joven poeta forma parte del Espacio de Epicuro, que también realizó un homenaje radial a los héroes de Malvinas. El mencionado espacio es dirigido por el licenciado Miguel Ángel Figueroa y la profesora Noelia Mónaco.

 

 

 

Un poema que llegó hasta México

Por su parte, el director de Diario Cuarto Poder, compartió en las redes su poema “Tu nombre en el viento”, que fue publicado en Vértice, el espacio literario de la página digital Grupo Pirámide, de México.

Tu nombre en el viento

El mar austral sabe tu nombre,
Dios se lo dijo una vez,
Con una tristeza conocida
De hermanos matándose.

El cielo te cubre compasivo,
Con una bandera que pinta,
Sobre su fondo azulado,
Con nubes y un sol encendido.

Muchas madres claman por ti,
Desde las entrañas de la tierra,
Dónde tus cenizas olvidaron
La ofrenda de tu sangre.

La Historia te llama héroe,
Desde páginas envejecidas,
Que esperan en vano la gloria
Del reconocimiento eterno.

San Martín y Belgrano te abrazan,
Te levantan del sueño frío del olvido,
Comparten contigo laureles
Que jamás se marchitarán.

El mármol esquivo que no quiso
Albergar tu nombre para siempre,
Se condenó a ser ornamento simple,
Vacío de gloria imperecedera.

Y quizás ya no importe tu nombre,
Si el viento lo repite rondando tu cruz,
Y aquel rosario también blanco,
Querido soldado argentino
Cuyo nombre sólo conoce Dios.

Manuel Ernesto Rivas

Homenaje en San Pablo

Por su parte, Guadalupe Albornoz, de Adobe Casa Cultural, rindió a Miguel Eduardo Moya, de quien ese espacio compartió la historia.

“Nuestro San Pablo querido, tierra que nos emociona transitar, cuenta con un sin número de historias de diversas emociones y experiencias.
Una de ellas es la de “Edi” Moya.
..”Allá por fines de enero, principios de febrero de 1982, Miguel Eduardo Moya “Edi” para los amigos, es llevado al centro de incorporación e instrucción de la infantería de marina”…
Para comenzar con el relato de esta fecha tan significativa, hay que desandar la huella de una infancia y una vida cómo la de cientos de jóvenes que viven y vivieron este suceso a su manera y sentir.
Edi Moya, el protagonista de este texto y esta vida, nació en la maternidad de la capital tucumana el 20 de enero de 1963, oriundo de Barrio Alberdi en San Pablo, hijo de Marta Petrona Flores y de Juan Carlos Moya, hermano de Pedro Flores “Pelleco”, Juan Carlos “upa’ Moya, hermanas mellizas Josefa del valle “pepa” y Marta Estela “negra” Moya, José Alberto ” Jacobo” Moya y su tío Don José Flores.
Nombramos y nombro a su familia en este relato para que cobren vida luego de tantos años y se grite a los vientos que cada pibe que fue llevado al abismo tenía una vida , una madre, un padre, familia, amigos/as y un tiempo de inicio que fue arrancado de sí.
El 2 de Abril, envían a Edi a la sección de cañones, lógicamente estos pibes desconocían el manejo de los mismos por lo que atravesaron días de instrucciones, siendo enviados luego a tierra del fuego. Cronológicamente nos vamos al 10 de abril a las islas Malvinas, estando en una base aeronaval argentina en la isla de Borbón nuestro Edi y sus compañeros.
Los ataques fueron el 1 de Mayo, el único día en que salió el sol, significativamente en su memoria quedó grabada la fecha, por ser las noches eternas en el lugar, hasta el 14 de Mayo. Así cómo las noches, el desahucio y olvido también fueron eternos.
¿Cómo se vive sin agua y alimento, sin tiempo y consuelo, sin familia y con un futuro incierto?
El texto se hace corto pero la voz de Edi cómo la de sus compañeros es profunda y sin un fin con justicia.
Terminando la guerra el 14 de Junio quedó prisionero hasta el 14 de julio en manos de los ingleses, desde San Carlos hasta un buque fueron testigos de la inocencia interrumpida de tantos pibes que eran y son nuestros.
Edi, así como muchos compañeros fueron los últimos en volver a Trelew. Y de Trelew a San Pablo, dejando a sus muertos entre las rocas y la lluvia, entre el hambre y el despojo de lo humano, entre el dolor y la carne amortiguada, entre las noches eternas y la luz mezquinada por los dioses.
Vuelve Edi hoy, como volverá en cada relato que lo nombre, cómo volverá en cada gesto de memoria, cómo volverá y será miles así como esos pibes que cayeron en el abismo de una guerra que tuvo ganadores, aquellos que siempre escriben la historia que se cuenta, que imprimen libros y enciclopedias, que llenan las pantallas y el papel de mentiras.
Edi y cada pibe renacen en nosotros y en nosotras para no ser olvidados.
Nuestra patria les debe mucho y por sobre todo perdón, justicia y memoria.
San Pablo alza la voz por Malvinas y su herida, por esas almas que aún no encuentran consuelo y por esos nombres que merecen ser escritos y nombrados para volver a existir”.

 

Un poema de Darío Oliva, en San Luis

Por su parte, el poeta Darío Oliva leyó su poema “Soldado argentino, sólo conocido por Dios”, en la Biblioteca Pública Municipal Ana María Ponce del Centro Cultural José La Vía de la Ciudad de San Luis el viernes 1⁰ de abril de 2022, en el marco de la brillante charla brindada por Cesar Albarracin a raíz de su rol protagónico en ILUMINADOS POR EL FUEGO

 

“SOLDADO ARGENTINO, SÓLO CONOCIDO POR DIOS”
Sólo conocido por Dios,
quemadas en hielo sus cenizas,
es otra y la misma sangre
que brota y anochece
entre bombas y órdenes indebidas;
la misma larga sombra
que convoca la memoria
entre desapariciones
en el continente incontenido
de la muerte genocida,
y su rebrote de inconsciencia en las Islas;
un grito que multiplica llamas
de huesos rotos en la garganta,
y huecos a llenar
donde el vacío ciega los ojos del silencio,
donde suturan palabras que no alcanzan
a comprender lo deshecho en el mapa
invisible, intangible, de lo imprevisto posible
contra el enemigo
fuera y dentro de sus límites,
fronteras hilvanadas por costuras
de esta gran herida que aún supura
en el cielo de barro, en la piel de arena del escarnio
por los que perdieron hasta el nombre (o se los usurparon),
y aún padecen la mácula indeleble del olvido…
En Darwin
todavía lágrimas de Dios
se están secando…

Darío Oliva,
Biblioteca Pública Municipal “Ana María Ponce”
del Centro Cultural “José La Vía”,
Ciudad de San Luis, República Argentina, 25/III/2022

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