Con lentes oscuras de sol, atuendo negro, y sin poder retener las lágrimas, la familia del veterano de la Fuerza de Defensa Irlandesa, Shay Bradley, se reunió alrededor de su tumba este sábado para darle un último adiós.

Conmocionados, se abrazaron, aplaudieron y escucharon en silencio la solemne melodía de la gaita irlandesa. Pero en el momento en que la música comenzó, y las notas volvieron la emoción incontenible, unos golpes súbitos sonaron desde el interior del ataúd.

“¿Hola?, ¿Hola?”, se oyó. “¡Déjenme salir! ¡Está muy oscuro aquí dentro! ¿Estoy escuchando al sacerdote? ¡Déjenme salir! ¿Hola? ¿Hola? ¡Puedo oírles!”, grita el difunto.

Inmediatamente, familiares y amigos se echaron a reír incrédulos. En ese instante, se cumplió el último deseo de Shay Bradley.

Imaginando lo tristes que estarían sus seres queridos tras su muerte, el militar se adelantó a su funeral y grabó en vida un audio que todos debían escuchar el día de su entierro. Dio además una segunda indicación: les pidió que colocaran la grabadora justo al lado del féretro y que reprodujeran el audio cuando estuviera ya en la tumba.

Para sorpresa de todos, Bradley no pronunció un mensaje de despedida. Tampoco dedicó unas últimas palabras de amor a sus hijos, ni dio un discurso melancólico. En el audio el ex militar fingía que lo habían enterrado vivo y que se había quedado atrapado en el ataúd. Era una broma para disipar cualquier vestigio de tristeza por su muerte.

Andrea, hija del difunto que compartió el video en Facebook, explicó que reproducir la grabación fue uno de los últimos deseos que expresó antes de morir. Consultada sobre los permisos para difundir el video, respondió animada: “¡Le encantaría saber a cuánta gente hizo reír! Era un personaje increíble”.

fuente. infobae

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