Los detalles del entramado de corrupción del caso conocido vulgarmente como FIFA Gate que salieron a la luz a partir de la declaración del imputado arrepentido argentino Alejandro Burzaco, ex CEO de la empresa Torneos, no dejan de sorprender. En su presentación ante la Justicia de los Estados Unidos, el empresario identificó con nombre y apellido a diferentes personas que habrían formado parte de la trama de enriquecimiento ilícito y lavado de dinero, entre ellos el del ex presidente de la AFA, Julio Grondona, y el de su yerno, Genaro Aversa, protagonista de una historia particular.

Aversa, nacido el 20 de diciembre de 1959, era un vendedor de flores de a pie, sencillo, humilde. Su capacidad económica no le permitía grandes lujos sino todo lo contrario. Debía en parte a la suerte la posibilidad de tener dinero para la supervivencia diaria. Un día, sin embargo, supo detectar la posibilidad de un futuro mejor. Fue cuando conoció a Liliana Nélida Grondona, la única hija mujer del ex titular del fútbol argentino.

Luego de un tiempo de novios, Genaro le propuso matrimonio a Liliana y esta dio el sí. El hombre pasó, desde entonces, de aquellas horas de padecimiento a la espera de que algún romántico comprara sus flores a un, valga el juego de palabras, floreciente empresario, convertido hoy en millonario.

El hilo conductor tiene, sin embargo, algunos nudos. Es que dos de las cuentas sospechadas de haberse utilizado para el pago de coimas mencionadas por Alejandro Burzaco están a nombre de Genaro Aversa y Pablo Umberto Aversa, este último hijo del ex vendedor callejero y Liliana Grondona.

¿Cómo hizo su fortuna?

Al ingresar al círculo íntimo de la familia Grondona, Aversa se involucró en el mundo de la construcción. Allá por 1997 su nombre apareció en la masa societaria de Conenar, una empresa de esa rama que el ex presidente de la AFA había creado junto a una pujante familia de Avellaneda de apellido Fernández Prieto.

Mediante la firma se llevaron a cabo cantidad de emprendimientos inmobiliarios: el prestigioso edificio Terrazas del Dique, segundo edificio construido en Puerto Madero. Más tarde concretaron el Terrazas de Puerto Madero, un complejo de 377 departamentos cuyos valores empiezan desde 200 mil dólares. La empresa Conenar también llevó a cabo, entre otros proyectos, la construcción del complejo Terrazas del Yacht, allí donde Julio Grondona vivió los últimos años de su vida.

Genaro Aversa había encontrado su oficio. En 2002 fundó su propia empresa, Constructora Deportiva SA, y el éxito no tardó en llegar. En 2003 fue beneficiado con la licitación para la construcción del estadio de Arsenal de Sarandí, inaugurado en 2004 y denominado, cómo no, Julio Humberto Grondona. El yerno de Don Julio fue luego, en el periodo 2012-2015, tesorero de la institución.

Más tarde montó el predio de Real Arroyo Seco. Aquel paso terminó con sus primeros problemas con la Justicia. Es que el dueño de la finca, el ex candidato a presidente del club Athletic Arroyo Seco, Daniel Gorosito, de muy cercana relación con Grondona, terminó siendo condenado por narcotráfico luego de que una fiscal federal de Rosario lo acusara por el despacho de una carga de 762 kilos de droga hallada en Bilbao, España, en 2010. Una vez acorralado por la ley, aquel declaró que “Aversa era testaferro, o como quieran llamarlo, de Julio Humberto Grondona”.

Las cuentas de Genaro

Los problemas de Aversa con la Justicia se profundizaron cuando se detectaron dos cuentas a su nombre en el banco Julius Baer de Zürich, Suiza, que eran operadas por Jorge Arzuaga, un banquero argentino que en junio pasado confesó haber participado de un circuito de coimas en bancos de Argentina y el exterior, en las que involucró a Julio Grondona.

En una de las mencionadas cuentas, hoy investigadas por la Justicia de los Estados Unidos, se encontraron fondos por USD 1.046.000 millones.

Pablo, el nieto de Don Julio

Antes de partir, Grondona se encargó de garantizar el buen pasar de su familia. Fue su nieto Pablo, el hijo de Genaro Aversa y Liliana Grondona, quien continuó los negocios agropecuarios que antes manejaba su abuelo. Es desde la muerte del ex titular de la AFA, el 30 de julio de 2014, quien maneja el famoso tambo de Brandsen y fundador del haras La Pesadilla, sito sobre la ruta 58 en la localidad de Loma Verde.

Hoy uno de los nombres que mayor impacto genera a partir de la declaración de Alejandro Burzaco es el de Julio Grondona. El crecimiento patrimonial de su círculo íntimo, sin embargo, no deja de sorprender. El caso del modesto vendedor de flores Genaro Aversa, es más que elocuente.

Fuente: Infobae

Comments

Comentarios