De Tato Bores, monólogos de “Belgranito” Cano y alejamientos para no quemarse

-¡¡¡Eduard querido!!! ¿Qué hace de frac y en patines? ¿Acaso quiere imitar al eterno Tato Bores?
-No, hay personajes que no pueden ser imitados.
-Como dice usted: sipi.
-¿Acaso no se fijó que no tengo el flequillo?
-Ah, ¿entonces está influido por la serie de Disney, “Soy Luna”?
-¡¡¡No sea zopenco!!! No tengo el flequillo por la simple razón de que no quería reemplazar a mi característico jopo.
-Bueno, en eso tiene razón, Eduard. Usted sin jopo es como la pizza sin queso; como el amor sin besos; como Venecia sin sus canales; Buenos Aires sin el obelisco; Tucumán sin la Casa Histórica…
-Córtela con tantas enumeraciones. Se olvida de Rosario sin el Monumento a la Bandera…
-Perdón, amigo. Pero, dígame algo.
-Sipi.
-¿Qué tiene que ver su atuendo y todos estos teléfonos que lo rodean?
-Estoy evocando a Tato Bores, pero por sus monólogos.
-¿Para qué?
-Para relacionarlos con un político que está el frente de un plan…
-¿Un plan social?
-No, me refiero a “Belgranito” Cano.
-¿Qué pasó con él?
-Le renunció un funcionario cansado de su falta de diálogo.
-¿Quién?
-Flavio González, hermano del legislador Luis González, quien coordinaba políticamente la zona Este para el Plan Belgrano.
-¿Y por qué renunció?
-Porque se comprometía con los delegados comunales de esa zona y luego Cano no le atendía el teléfono y cuando lo recibía se tenía que comer el monólogo de “Belgranito”.
-¿Y por eso renunció?
-¿Le parece poco? No quería quedar mal con los delegados comunales.
-¿En eso tiene razón? Pero, ¿Cano no quiere construir políticamente en el interior?
-Lo único que está construyendo Cano es su casa en un country.
-¡Usted no sirve, don Eduardo! ¿Me presta un rato los patines?
-Sipi, pero se paga el cafecito con medialunas.
-¡¡¡Ya me jodió de nuevo!!!

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