De reflexiones y huevitos de Pascua

-¡¡¡Eduard querido!!! ¿Qué hace vestido de soldado romano? ¿Acaso estuvo en alguna representación?
-Sipi, los changos que hacen “La Pasión” en Tafí del Valle tuvieron una baja y yo la cubrí.
-¿En serio?
-¿Acaso no ve esta pilcha? La tengo que devolver más tarde.
-¿Y cómo le fue, Eduard?
-Como soldado romano, ¿cómo quería que me fuera?
-¿La pasó mal?
-Sipi, algunos insultos recibí de la gente y del personaje principal.
-¿Por qué?
-La gente me insultaba porque le pegaba a Jesús y el actor me retó porque me estaba entusiasmando con los latigazos.
-Bueno, Eduard, usted también tenía que entender que era sólo una actuación.
-Tiene que comprenderme, era mi primera actuación.
-Bueno, dele y cuente un chismecito.
-¿Quiere que le cuente algo del área educativa?
-Como dice usted: sipi.
-El miércoles por la tarde, en un gran hermetismo, se comenzó a pagar la fidelidad a un gremio docente.
-¿Qué pasó?
-Asumió un barbudito de AMET.
-¿Quién?
-El que toma agua de la media altura de Bessone.
-¿Aquel que le quiso pegar a un periodista en una manifestación?
-Sipi.
-Aquel que fue denunciado por una instalación fantasma…
-Sipi.
-Huy, qué mal tomarán los docentes técnicos esta incorporación del ministro.
-Usted dirá mejor, qué mal tomarán todos los docentes cuando comiencen a aparecer todas las sotas de este juego en el que fueron negociados por una suba salarial que no existe…
-No me diga eso.
-¿Por qué?
-Porque mis novias maestras estarán insoportables.
-Bueno, acá le traje este huevo de Pascua para que endulce la vida.
-¡Gracias, Eduard! Lástima que no le traje nada.
-No importa. Páguese el cafecito.
-¡¡¡Ya me jodió de nuevo!!!

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