—¡¡¡Eduard querido!!! ¿Qué hace vestido con esa camiseta de rugby, acompañada de una pelota de fútbol, un machete, un caballo y quién sabe qué cosas más en el bar? ¿Está por hacer una venta de garaje en el bar?
—No, mi estimado amigo. Hago lo de siempre: abordar la política comarcana con un toque de humor.
—¿Y de qué se quiso disfrazar hoy?
—Me contaron que hubo un político del peronismo que hizo campaña jugando al fútbol, asentando un try, cortando caña y montando a caballo, entre otras acciones…
—Ah sí. Renzo Cirnigliaro hizo esa campaña y no le fue mal.
—Dicen que esa imagen de polifuncionalidad le hizo bien.
—Creo que sí, pero eso fue hace tiempo. ¿Acaso habló con algún viejo periodista?
—Sipi, pero no daré nombres porque se caerán varias sotas y el amigo es medio presumido.
—Ah bueh.
—También hablamos sobre un político actual que se quiere hacer el polifuncional.
—¿Quién?
—Un muchacho bastante cabezón que cuando andaba en moto no conseguía casco de su talla.
—¿Uno que está relacionado con el tránsito?
—Sipi.
—¿Uno que rompió hace poco las pelotas del nuevo Loco Monedita?
—Sipi.
—¿Uno que secuestró patinetas eléctricas?
—Sipi.
—¿Uno que ahora se dedica a perseguir “machados”?
—Sipi. ¿Qué comió que está tan rápido?
—Más bien tomé…
—¿Qué tomó?
—Un tónico para la memoria que tomaba una compañera del profesorado.
—¿En serio?
—Claro. Primero tomaba las cucharaditas tal cual la prescripción, pero después, cuando más cerca estaba la fecha de examen, ya lo tomaba del frasco en largos tragos.
—Los nervios suelen jugarnos malas pasadas.
—Bueno, pero volvamos al personaje del día. ¿Usted cree que todas esas acciones lo benefician?
—Eso es relativo. A algunos les parecerá simpático y otros lo asimilarán como un verdadero figuretti.
—¿Usted qué cree?
—Yo podría neutralizar un operativo de tránsito.
—¿Cómo?
—Le mando hacer control de alcoholemia a todos los agentes del operativo de esta noche y la madrugada del 1 de enero.
—¿Pasarán?
—Como dicen ustedes los tucumanos: vo vé.
—Se merece que brindemos con un champú.
—Pago yo.
—No me diga que ya se tomó algunos a mi cuenta.
—No, mi querido amigo. Me dio lástima ver lo abultado de la deuda de diciembre.
