Don-Eduardo
—¡¡¡Eduard querido!!! ¿Qué hace vestido del Manosanta? ¿Acaso le quiere hacer un homenaje a Olmedo?
—No, mi estimado. ¿Cómo me reconoció?
—Es que le asoma el jopo debajo de la peluca.
—Sabía que el disfraz no era perfecto.
—Pero, ¿por qué está ataviado de esa manera?
—Porque me quiero ganar unos mangos curando a los políticos tucumanos del susto.
—¿En serio?
—Sipi.
—¿Y de qué se pueden asustar los políticos si el Cuco toma la sopa con la foto de muchos de ellos?
—¡Parece que hoy tomó Avivol!
—No se haga el pícaro que le corto la cuenta corriente del bar, Eduard.
—No se me lo enoje. Pasa que en el manzurismo a muchos se les cayó la paletilla con las versiones de desembarco de Manzur en el gabinete nacional.
—¿Eso pasará?
—Mire, la verdad, es que no creo que suceda, porque sería dejarle la Gobernación a Jaldo…
—Claro.
—Y eso sucederá, pero a su debido momento…
—¿A su debido momento?
—Sipi. Ahora Jaldo está en un momento de consolidación de su espacio de cara al 2023.
—¿Y tendrá que esperar dos años?
—Es lo normal.
—Pero, ¿no falta mucho?
—Es relativo. Ya demostró que tiene 190 mil votos y que todo irá en ascenso porque Juan no tiene re-re.
—En eso tiene razón, Eduard.
—Por supuesto que tengo razón.
—¿Y el Loco Monedita?
—Eso es la oposición.
—Pregunto, ¿tiene chances?
—Viene corriendo de atrás y no creo que tenga chances en el 2023.
—¿Usted le pone las fichas a Campero?
—No, en Tucumán volverá a ganar el Justicialismo.
—Lo dice con mucha convicción.
—Sipi. No se olvide que ni Macri en su mejor momento pudo imponer la ola amarilla en la provincia.
—Tiene razón. Se merece un wiskisito.
—Mejor no.
—¿Por qué?
—Sólo hay wisky nacional en este bar.
—¿Cómo lo sabe?
—Me tomé las cuatro últimas medidas de uno importado y con 18 años de reposo a su cuenta.
—¡¡¡Ya me jodió de nuevo…!!!
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