—¡¡¡Eduard querido!!! ¿Qué hace orejeando esos naipes sin rival a la vista? ¿Acaso está jugando contra sí mismo?
—No, mi estimado. Sucede que estoy evaluando los naipes que ligué.
—¿Y ligó buenas cartas?
—Mire, en el truco de la política hay que saber guardar el entusiasmo por las buenas cartas.
—Como en el truco de las cartas.
—Sipi.
—¿Y eso qué tiene que ver con la política?
—Mucho. Los políticos están intentando saber qué naipe representan en el truco.
—¿Y usted sabe qué representan?
—Depende si hablamos del oficialismo o de la oposición.
—Comencemos con el oficialismo.
—En el oficialismo el as de espadas, aunque a algunos no les guste, es el actual gobernador interino.
—¿Osvaldo?
—Sipi.
—¿Por qué?
—Porque está llevando muy bien su gestión y no le pesó para nada. Además de mantenerse entre los primeros ocho gobernadores con buena imagen del país.
—¿Con eso le alcanza?
—¿Le parece poco?
—No, pero el taficeño…
—Mire amigo, el PJ tucumano no se puede dar el lujo de estar dividido, al contrario, tiene que lograr un triunfo contundente para fortalecer la posición nacional de Juan.
—Tiene razón. ¿Qué tiene para decirme de la oposición?
—Ahí todos se creen el uno de espadas.
—¿Y para usted quién es el uno de espadas?
—Para mí, el piloto puede ser el as de espadas, y el as de bastos está entre Camperito y el Loco Monedita.
—¿Se sacan alguna ventaja?
—Creo que el de la Ciudad Jardín tiene más logros que mostrar, pero uno nunca sabe.
—¿Y los otros?
—Federico va por su lado, el conscripto Ricardo se alineó con peluca Milei y así estamos.
—¿Y esas divisiones a quién benefician?
—Por supuesto que al candidato oficialista.
—Claro. Vi que lo que dijo usted sobre un posible retorno del Colorao cada vez suena más.
—Sipi.
—¿Se concretará?
—Hace falta un guiño de ojos.
—¿Desde el Peronismo?
—No, el primer gesto lo tiene que dar el que regresa.
—Se merece una cervecita bien helada.
—No se apure que ya pedí una Estela a su cuenta, con picada incluida.
