De búsqueda de disfraces para el baile electoral de los políticos en este 2023

—¡¡¡Eduard querido!!! ¿Qué hace con ese perchero móvil y todos esos disfraces? ¿Es un rebusque nuevo o tiene una fiesta?
—No, mi estimado, usted sabe que el único rebusque mío es hablar sobre política.
—¿Ahora es rebusque? ¿No era un sacerdocio?
—¿Sacerdocio? No, el celibato no es lo mío mi querido amigo.
—Bueno, está bien, pero deje de dar más vueltas que perro pa´ echarse y explíqueme de qué se trata tanto despliegue de disfraces.
—Estoy tratando de capitalizar una necesidad política.
—¿Cómo es eso?
—Mire, con los cambios de escenario o ante la inminencia de ello, muchos políticos tienen que disfrazarse de algo y ahí aparezco yo dándoles la solución.
—¿No será medio ridículo eso para ellos?
—Muchos de ellos ya están más que acostumbrados.
—¿Y qué disfraces le están pidiendo los muchachos que se dedican al complejo arte de la política?
—Los de Juntos por el Cambio me están pidiendo trajes de piloto de rally o de agricultores paperos…
—¿Y los del intendente capitalino?
—Esos me están pidiendo un disfraz que ya se me agotó.
—¿Cuál?
—El del Loco Monedita.
—¿Se agotó?
—Sipi. Además, ese viene con una carita de Pedicone que se mueve desde atrás asintiendo mientras usted hace declaraciones.
—¡¡¡Usted no sirve, Eduard!!!
—Se agradece el cumplido mi querido amigo.
—¿Y hay disfraces para el oficialismo?
—Sipi.
—¿Cuál es el que más salida tiene?
—El de jaldistas de la primera hora.
—¿De qué se trata?
—Ese viene con una remera, gorrita y bandera de Jaldo 2023 y tiene una vaquita lechera de souvenir pegada sobre la gorrita.
—Quiero un par de esas, por favor, Eduard…
—Está bien, ya le preparo dos conjuntitos. Pero ¿no llevará el de los manzuristas?
—¿Qué trae?
—Un guadapolvo blanco, un estetoscopio y una inyección.
—¿Y el souvenir?
—Una réplica del obelisco para enfatizar en la proyección nacional de Juan.
—También deme un par de esos disfraces.
—A usted todos los colectivos lo dejan bien, falta que me pida una remera con la cara de Sergio Massa…
—¿Por qué no?
—Mejor pidamos una buena picada con un par de porrones bien fríos.
—Claro, para que me haga pagar a mí.
—Hoy no lo haré pagar.
—¿En serio?
—Sipi, pagará a fin de mes con la cuenta del bar.
—¡¡¡Ya me jodió de nuevo…!!!

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