De actos con restricciones por la pandemia y de ataques bobos de un ejército de trolls

—¡¡¡Eduard querido!!! Lo hacía en los actos oficiales por el Día de la Independencia. ¿Acaso amaneció con escaso sentido patriótico?
—No, mi estimado. Simplemente estoy acatando las restricciones por la pandemia.
—¿Y se puede saber por qué está tan obediente?
—Porque en otras oportunidades me podía colar vestido de mozo, de guardia, de político, o de lo que fuera, pero ahora, con los listados tan acotados, me pueden sacar la ficha.
—Tiene razón. Usted es el maestro del disfraz.
—Bueno, como dice el Papa Francisco: “recen para que no me la crea”.
—¡Pavada de comparación!
—Uno hace lo que puede.
—Pero, dígame, ¿cómo está la cosa?
—Hay ejércitos enfrentándose.
—¿Cómo? ¿Usted enloqueció, Eduard? ¿De qué ejércitos habla?
—Me refiero a los “trolls”…
—¡No se meta con las cuestiones de género!
—¡¡¡No sea zopenco!!! Me refiero a los trolls que suben noticias falsas en las redes.
—¿Qué tipo de noticias?
—Por ejemplo, esas que tratan de mostrar a Osvaldo alejado de Alberto y Cristina y cercano a la oposición.
—¿Quién puede ser tan zopenco para creer eso?
—Justamente, mire que son tan burdos y sin cerebro que ni usted cree sus posteos.
—No sé si agradecerle o cortarle los víveres en el bar.
—También la versión infundada de que “Lalo” Cobos se había ido con el “alfarismo” a Cambiemos.
—La desmintió en un programa televisivo.
—Así es. Y allí justamente aludió a los “trolls”.
—Tiene razón.
—¿Quiere saber por qué sucede eso?
—Como dice usted: sipi.
—Porque los, las o les que dirigen ese ejército de troles, no tiene uña de guitarrero…
—Pero no me hable de música si estamos refiriéndonos a la política.
—Me parece que usted pierde la conexión de a ratos.
—Téngame paciencia si quiere sacarme bueno…
—Está bien.
—Pero, dígame: ¿no se reunirá con Alberto?
—No, hoy estará muy ocupado. Prefiero verlo en la Casa Rosada.
—¡Qué nivel el suyo!
—Uno hace lo que puede, pero ya me está picando el bagre.
—Le invito el tradicional chocolate del 9 de Julio.
—Gracias, pero será demasiado para mi hígado.
—¿Por qué dice eso?
—Porque ya me tomé tres tazas a su cuenta y las acompañé con medialunas rellenas de dulce de leche.
—¡¡¡Ya me jodió de nuevo…!!!

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