Cristina de Kirchner diseñó una hoja de ruta electoral que prescinde del PJ, canaliza el voto K por un “frente ciudadano” y saltea, legalmente, el picadero de las PASO que reclama Florencio Randazzo, su ex ministro y actual desafiante.

Ese mapa, que surgió como versión afiebrada hace una semana, ayer empezó a visibilizarse. Fernando Espinoza avisó a Randazzo que podrá ser candidato del PJ pero en un párrafo sinuoso notificó que los partidos K anotarán una alianza que no incluirá al peronismo.

Por esa vía, Cristina construye la arquitectura para ser candidata sin tener que ir a una primaria. Randazzo juntó avales de afiliados peronistas que le sirven para competir en una PASO donde esté el PJ. En ese frente K, no está el PJ.

Si esa decisión se concreta, como confiaron anoche fuentes K a Clarín, el peronismo iría dividido a la elección de este año como ocurrió en 2005: un frente K contra el Partido Justicialista porque Randazzo podría competir con ese sello. En aquel turno, Cristina venció a Hilda “Chiche” Duhalde y elegían, como ahora, senadores.

Hoy se conocería otros trazos. Podría inscribiría en el juzgado electoral de La Plata una alianza integrada por cinco partidos: Kolina, Nuevo Encuentro, Frente Grande, Partido de la Victoria y Compromiso Federal, el sello de Alberto Rodríguez Saá, gobernador de San Luis.

Hay plazo, así y todo, hasta mañana a las 9.30 de la mañana porque la Justicia estiró el período para la inscripción de las alianzas. El nombre del frente se lo reserva la ex presidente pero, según supo Clarín, giraría sobre dos ejes: la Unidad y lo Ciudadano. La nomenclatura que circula hace unos días es Frente Ciudadano para la Victoria. Sonó Unidad Ciudadana.

Hoy al mediodía, en el Instituto Patria, Cristina dará esa y otras precisiones a los intendentes bonaerenses del universo K. De Verónica Magario y Martín Insaurralde a Mario Secco y Francisco “Paco” Durañona. Serían unos 45 alcaldes, calculó un vocero K.

En encuentro, la ex presidente confirmaría que está dispuesta a ser candidata a senadora nacional y que pretende competir con un frente que no incluye al PJ para no someterse a una interna que considera tóxica.

Contra reloj, Espinoza visitó anoche a Randazzo en el Palacio Raggio con dirigentes del PJ para pedirle que desista de competir en las PASO. El matancero, que preside el PJ bonaerense, escuchó la respuesta que no quería: “Unidad pero con primarias como en Capital, en Santa Fe y en Mendoza” dijo Randazzo.

A Espinoza y a varios intendentes les da escalofríos desprenderse del sello PJ porque temen que sea una trampa que le permita a los K tener el control total de las listas. Máximo Kirchner les dice que “aunque no esté el partido institucionalmente, el peronismo va a estar”. Hoy Cristina podría escuchar alguna rabieta.

En otras terminales se sugirió una gambeta jurídica, según la cual el PJ podría adherir al frente K más adelante si de acá a la medianoche del 24 de junio -cuando se anotan las listas de candidatos- se logra un acuerdo.

En el revuelo también se sugirió que Cristina pediría que un Congreso del PJ bonaerense resuelva que el partido no vaya a elecciones con lo que forzaría a Randazzo a ir con otro sello: Hacer por el Progreso Social o PARTE, el sello de Alberto Fernández.

El cristinismo primer anillo emite un dictamen que minimiza el peso del PJ: “los votos son de Cristina, no son del Partido Justicialista”.

El matancero le avisó a Randazzo que puede ser candidato del PJ pero se enfrentará, con sellos distintos a Cristina. “A Florencio ya no le quedan votos K así que los votos que junte se los saca a Massa o al gobierno” confió, anoche, un referente K.

Ayer, desde el Instituto Patria, daban prácticamente por clausurada cualquier negociación con el ex ministro de Interior aunque podrían tentar a algunos de sus dirigentes, en particular los que ponen en juego territorios.

En el PJ un grupo de intendentes insistía, todavía, con la posibilidad de una negociación de última hora. En la trinchera K bajan el tono: “Ir sin el sello no afecta nada” dicen un intendente kirchnerista y recuerda al 2005 cuando chocaron dos apellidos, los Kirchner versus los Duhalde.

Fuente: Clarín

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