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La iniciativa comenzó su trámite en la cámara alta: primero pasará por comisiones y se espera que el martes 29 pueda llegar al recinto para su votación. Los cálculos dan una pequeña ventaja en favor de la sanción de la ley.

 

Un plenario de comisiones del Senado abrió esta tarde el debate sobre el proyecto de legalización de la interrupción voluntaria del embarazo con la exposición de dos ministros y una funcionaria que defendieron la iniciativa del Gobierno nacional al entender que se busca “evitar muertes evitables” ante un problema “de salud pública”.

En su intervención ante los senadores, el ministro de Salud, Ginés González García, calificó como “extraordinario” al proyecto de ley aprobado por la Cámara de Diputados, aseguró que se tuvo en cuenta “la experiencia mundial” y ratificó que la iniciativa “no es en contra de nadie, sino a favor de un grupo social que está sufriendo en la Argentina”.

“Es un proyecto extraordinario porque baja la mortalidad materna, la morbilidad materna y aumenta la vida de las mujeres”, remarcó.

“No es en contra de nadie, sino a favor de un grupo social que está sufriendo en la Argentina”, sostuvo en unabreve intervención mediante videoconferencia, y detalló que “en una estimación aproximada” se practican alrededor de “mil abortos por día en la Argentina y cien internaciones en hospitales públicos” por prácticas que terminan mal.

“Si bien ese número viene disminuyendo por todos los programas que vienen implementándose en la Argentina, el tema sigue pasando”, reconoció.

La secretaria Legal y Técnica de la Presidencia, Vilma Ibarra, explicó por su parte que la idea es “evitar las muertes evitables” y encarar “una política de Estado” con educación sexual integral.

Ibarra dijo que la penalización del aborto que rige hasta la actualidad “no dio resultados” y reiteró que una educación sexual integral “debe ser una política de Estado”.

En el inicio del plenario, el senador del Frente de Todos Dalmacio Mera formuló un planteo en contra del giro a comisiones dispuesto por la Presidencia del cuerpo y reclamó incluir a la comisión de Asuntos Constitucionales en el debate.

La propuesta generó intercambios de opiniones entre senadores del oficialismo y de la oposición en torno a la decisión de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner para que sea la Banca de la Mujer, conducida por Norma Durango, la conductora del debate, junto a Justicia y Asuntos Penales y Salud.

Mera, quien se manifestó en contra del aborto, consideró que el giro “es equivocado y una forma simbólica de desresponsabilizar al varón en una situación tan delicada”, y señaló que la Banca de la Mujer está integrada solo por mujeres, por lo que pidió que se revea el giro dispuesto.

La propuesta de Mera fue rechazada incluso por la presidenta de la comisión de Asuntos Constitucionales, María de los Angeles Sacnún, pero fue acompañada por el presidente de la comisión de Salud, el radical de Cambiemos Mario Fiad, quien condujo el debate en comisiones en 2018.

La presidenta de la Banca de la Mujer, Durango, abrió a las 14.05 el plenario que comenzó a analizar el expediente venido en revisión de la Cámara baja, dijo que espera “un debate respetuoso con los argumentos de una u otra posición” y pidió “aportar al diálogo y al intercambio para un enriquecedor debate”.

Durango adelantó que planea emitir dictamen el próximo jueves, luego de escuchar a entre 40 y 50 expositores entre mañana y el miércoles, en jornadas que serán divididas entre las 10 y las 13 y las 15 y las 18 horas de cada día.

El plan de trabajo incluye para esta semana cuatro plenarios de las comisiones a las que fue girada el viernes la iniciativa: Justicia; Asuntos Penales y Salud; y Banca de la Mujer.

El oficialismo tiene quórum y mayoría absoluta en todas esas comisiones, por lo que se espera que el dictamen se logre fácilmente.

El proyecto fue girado al Senado el viernes, luego de haber sido aprobado en Diputados por 131 votos a favor, 117 en contra y seis abstenciones: un margen más amplio del que había obtenido cuando fue aprobado en 2018.

Aquella vez, el expediente chocó con la negativa del Senado, que lo rechazó por 38 a 31, con dos abstenciones y una ausente.

La iniciativa permite la interrupción voluntaria del embarazo hasta la semana 14 de gestación, a la vez que habilita la objeción de conciencia de los profesionales que no están de acuerdo con esta práctica médica.

El plazo de la semana 14 no se aplicará cuando el embarazo fuera producto de una violación, en los casos de menores de 13 años o si estuviera en riesgo la vida.

En los casos de los menores de 16 que decidan abortar, se requerirá su consentimiento y que concurra acompañado por un familiar o un referente afectivo, mientras que las personas mayores de 16 años tienen plena capacidad por sí para prestar su consentimiento.

En el caso de que una institución privada no cuente con profesionales para realizar la interrupción del embarazo, deberá disponer la derivación a otra institución en la que sí pueda concretarse, según contempla el proyecto.

 

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