Carlos Williman aseguró que la evidencia científica coloca al nuevo detenido en el lugar del crimen de la adolescente argentina. “Hace tiempo esperábamos dar con la persona que dejó las huellas genéticas en las pertenencias de Lola”, aseguró.

Uno de los abogados de los padres de Lola Chomnalez, la adolescente argentina asesinada en diciembre de 2014 en las playas uruguayas de Barra de Valizas, aseguró que la investigación “se acerca a la verdad como nunca antes” con el arresto de un nuevo sospechoso, al que la evidencia “ubica científicamente en el lugar del crimen”.

“Es algo que esperábamos hace tiempo, dar con la persona que dejó las huellas genéticas en las pertenencias de Lola, la sangre de él está en la mochila de Lola y además su sangre está mezclada con la de Lola”, dijo el letrado Carlos Williman.

El abogado explicó que fue a partir de un rastro genético parcial que se logró dar con el sospechoso, ya que a través del análisis del ADN de un detenido que era familiar suyo se pudo llegar a él y detenerlo.

“Se fue logrando atar cabos hasta llegar a la persona, que ya fue procesada con prisión por homicidio muy especialmente agravado, lo que nos deja muy conformes”, expresó.

En diálogo con el canal TN, Williman aseguró: “Nos acercamos a la verdad como nunca antes, la prueba es contundente, es difìcil que el impuado pueda explicar por qué su sangre estaba en las peretencias de Lola y más dfícil explicar por qué estaba mezclada con la de ella”.

“Si bien los papás (de Lola) no van a encontrar nunca consuelo, sí la posibilidad de encontrar la verdad y justicia, que no es poco”, añadió.

Sobre la declaración indagatoria que el acusado de 39 años dio ante la Justicia previo a ser procesado, dijo que “él niega su participación en el delito más grave que es el homicidio”.

“Está científicamente ubicado en el lugar del crimen. Reconoce haber tomado contacto con las pertenencias de Lola y que sustrae dinero de la mochila, reconoce lo que es imposible no reconocer porque la evidencia científica lo coloca en ese lugar, pero niega la autoría del crimen”, manifestó el abogado.

Fuentes judiciales aseguraron a Télam que el imputado, que tiene antecedentes penales por otros hechos, fue detenido en el Chuy, en el límite de Uruguay con Brasil, y según los investigadores distintos testigos señalaron que era frecuente verlo en la zona de Castillos y Rocha.

En el marco de la investigación por el femicidio de Lola hay un acusado de “encubrimiento”, Ariel Moreira, un cuidacoches apodado “El Cachila”, para quien la fiscal del caso Jéssica Pereira solicitó el mes pasado una condena a 10 años de prisión, requerimiento que aún debe resolver el juez Juan Manuel Jiménez Vera.

Lola (14) viajó a Barra de Valizas el sábado 27 de diciembre de 2014 y se alojó en la casa de su madrina, Claudia Fernández, quien se encontraba junto a su esposo, Hernán Tuzinkevcih, y el hijo de éste.

Al día siguiente, la adolescente desapareció cuando salió a caminar por la playa y dos días después fue encontrada asesinada a unos cuatro kilómetros de la casa, en una zona de médanos.

Mediante la autopsia se determinó que Lola murió por asfixia por sofocación y que presentaba varios cortes hechos con un arma blanca en distintas partes del cuerpo.

Para la fiscalía, la adolescente trató de escapar corriendo de sus asesinos, fue alcanzada, herida con un arma blanca y golpeada en la cabeza para finalmente morir asfixiada cuando, ante sus probables pedidos de auxilio, le apretaron la cara contra la arena.

“El Cachila” fue detenido al comienzo de la investigación, pero quedó libre ya que dio negativo el cotejo de su ADN con el material genético hallado en los objetos de la víctima.

Desde entonces, los peritos de la Policía Científica continuaron con los cotejos de ADN con cada uno de los nuevos ingresados al sistema carcelario por otras causas y así llegaron al familiar del ahora acusado de ser el autor material del crimen.

 

 

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