En la audiencia de ayer declaró el cabo de la policía vial Juan José Barroca y se incorporó por lectura la declaración de la Fiscal Adriana Reinoso Cuello quien estaba de turno el día del hallazgo del cadáver. Luego de un cuarto intermedio, por la tarde, declararon Juan Víctor Rivas y Ricardo Salomón Sotelo, ambos pertenecientes a la policía vial.
Los policías que declararon dejaron muchas dudas y complicaron aún más a su ex jefes hoy imputados por encubrimiento. Los testigos comenzaron a contar versiones que dejaron mal parados a sus superiores.
Barroca dijo que el ex jefe de Policía, Hugo Sánchez, una vez que retiraron el cuerpo de la joven, les ordenó que realizaran un rastrillaje para tratar de encontrar algún elemento que sirviera para esclarecer el caso. Dijo que lo hicieron pero que no encontramos nada. La versión se contradice con lo que aparece en el expediente ya que el sereno de la yesera que estaba ubicada al frente del lugar donde se produjo el hallazgo, a los días de que se retiraran los policías, encontró restos de prendas de Paulina.
En el debate quedó entonces dando vuelta si se hizo realmente el rastrillaje o si no fue para nada efectivo.
Quedó en evidencia que los errores de la actuación policial a la hora de preservar los lugares más lejanos del lugar donde se concretó el hallazgo.
A partir de la semana que viene, desde el 3 de abril, a las 8.30, comenzarán a declarar testigos clave que podrían complicar mucho más a los acusados de encubrimiento.
A partir del martes comenzarán a hablar los hermanos Sergio y Marcelo Goitea (los lugareños que encontraron el cuerpo) y el comisario Enrique García, que ya fue condenado por haber adulterado las actas que se hicieron por el hallazgo del cadáver.


