Oportunista de la inseguridad. El intendente Mariano Campero, fiel a su ansiedad por echar la culpa a otros y no hacerse cargo de sus problemas, trató de acusar a la Policía por la inseguridad que se vive en el municipio de Yerba Buena, sin reconocer el fracaso de su iniciativa de Guardia Urbana. El uso de la muerte del joven Valentín José Villegas.
Rápido de reflejos
Aún no habían sepultado al jovencito Valentín José Villegas, de sólo 15 años asesinado por un motochorro, cuando el intendente de Yerba Buena, Mariano Campero, realizó declaraciones a un medio de comunicación de la provincia tratando de endilgar responsabilidades en la escasa cantidad de efectivos policiales que hay en las comisarías.
“Hay dos o tres policías por comisaría”, dijo el intendente yerbabuenense cuando fue consultado sobre la muerte del jovencito, que se interpuso entre el asaltante y su amiga Milagro Palacios.
“Pedimos policías varias veces y nos dijeron que no hay. Son 60 en total los que integran la Guardia Urbana, y además hay dos o tres agentes por comisaría. Hacen de todo, tienen muy buena voluntad, pero la verdad es que no dan abasto”, señaló Campero.
De tener todo controlado a simples auxiliares
El intendente aprovechó la oportunidad para afirmar que “nosotros somos auxiliares, no manejamos la Policía. Nos hace falta redoblar el personal”. De ese modo Campero quiso sacarse la responsabilidad de su cuota de gestión para luchar contra la inseguridad que asola a los vecinos de Yerba Buena.
Los habitantes de la zona en la que se produjo el hecho, San Martín al 1300, señalaron que hay escasa presencia policial y de Guardia Urbana, en especial los días domingos.
En la misma sintonía de Campero se expresó el secretario de Seguridad del municipio, Mauricio Argiró, quien sostuvo que la provincia abandonó a Yerba Buena.
De la ciudad más segura a la peor
Parece curioso pero hace unas semanas Argiró destacaba el nivel de seguridad alcanzado por la labor de los efectivos de la Guardia Urbana Municipal (GUM). Es por ello que muchos vecinos incrementaron su malestar, porque consideraron que no se quieren hacer cargo de la problemática, ni el municipio, ni el gobierno provincial, ni la Justicia.
El propio tío de la víctima, Luciano Villegas, sostuvo que “la Guardia Municipal de Yerba Buena es una mentira”. Si bien es cierto que ninguno de los funcionarios de Campero, ni el mismo intendente polemizaron con el pariente, pero se encargaron de hacer saber a los medios de comunicación que se trataba de un ex concejal de Yerba Buena.
El “Jardín” del doble discurso
Campero demostró oportunismo político, toda vez que cuando le conviene su GUM le asegura la seguridad a los vecinos de la “Ciudad Jardín”, En tanto que, cuando ocurren desgracias como el asesinato de este joven, la responsabilidad la tiene la Policía y los funcionarios de Seguridad de la provincia.
Desde las fuerzas policiales salieron a desmentir las acusaciones formuladas tanto por Campero como por Argiró, aunque éste último quiso suavizar las críticas, al señalar que era una cuestión que atañe a los funcionarios.
Vecinos indignados
El malestar de los vecinos se hizo sentir y la protesta puntual por la muerte de Valentín, sensibilizó a toda la comunidad, que está cansada del accionar de los delincuentes.
En ese sentido, se alzaron voces que recriminaron a la Justicia que se libere a aquellos que cometen delitos, como robos a mano armada, y que finalmente se termina lamentando la muerte de un jovencito que tenía toda la vida por delante.
Cada uno se tendrá que hacer cargo de la parte que le toca en la responsabilidad de mantener seguros a los vecinos de Yerba Buena, quienes viven en el miedo de salir a la calle por temor a ser asaltados.
Seguridad para unos, inseguridad para otros
Una de las cuestiones que más preocupa es el alto nivel de violencia que se da en los hechos delictivos. Muchos temen por sus vidas, aún entregando todos los elementos de valor que llevan consigo. Paradójicamente, el joven fue asesinado a la altura de un country en donde la seguridad se ve reforzada porque lo habitan funcionarios nacionales.