El intendente de San Miguel de Tucumán, Germán Alfaro, quiere aprovechar la presión de los posibles paros de colectivos para recuperar comisiones en el Concejo Deliberante.

Con la llegada de febrero se encienden los motores en la política local, se acaban las vacaciones para los dirigentes tucumanos y la actividad comienza. La paz aparente entre opositores y oficialistas parece terminada y comienzan a surgir todas las tareas que no pudieron ser resueltas en año anterior.
En la capital la mayor cuestión pendiente es resolver el aumento del boleto, pero dentro del recinto existe una fuerte negociación y tironeo por parte del oficialismo alfarista por recuperar algunas de las comisiones que perdieron con la llegada de Armando Cortalezzi a la presidencia del Concejo Deliberante.
Así, el intendente macrista Germán Alfaro y el titular del cuerpo legisferante capitalino retomarán las tareas con el apuro de hallar un punto de encuentro.
El intendente macrista volvió accidentado de sus vacaciones con una férula en uno de sus tobillos y también golpeado por las medidas anti populares tomadas desde el gobierno nacional, como ser los aumentos en las tarifas golpeando directamente sobre quienes más lo necesitan y sobre la industria más vulnerable como lo son las PYMES y la decisión de recortar puestos de trabajo, aumentando de esta forma los índices de desempleo.
Desde la presidencia del Concejo están dispuestos a charlar, pero no a entregar la mayoría en las comisiones que marcan el pulso de una gestión, como Hacienda, Obras Públicas, Peticiones y Transporte. Alfaro pone como condición recuperar la presidencia de algunas comisiones para sentar a sus ediles en los demás grupos.
“Si se acuerdan cuestiones básicas va a tener lo que necesite para gobernar, pero no tiene la mayoría en el Concejo y ya no la va a recuperar”, respondió uno de los operadores de la Casa de Gobierno en el Concejo sobre la relación con la Intendencia.
Germán Alfaro no podrá resolver su mayor problema que es el aumento del boleto sin negociar con opositores, ya que no llamará a sesiones extraordinarias para tratar el tema por el momento. Los empresarios de transporte ya anunciaron que posiblemente no podrán pagar los sueldos de enero si el incremento no llega. Si esto sucede seguramente UTA amenazará con medidas de fuerza. Esta situación pondría al intendente capitalino entre la espada y la pared, no olvidemos que los dirigentes de AETAT mantienen un vínculo cercano con el PRO a nivel nacional, hasta el punto que Guillermo Dietrich, Ministro de Transporte, le había enviado una “delegación” al municipio para ponerse al corriente en referencia al incremento del boleto.
Es evidente que desde el macrismo la “bajada de línea” es continuar con la quita de subsidios y otorgar los aumentos que los empresarios soliciten sin detenerse a mirar y analizar el verdadero impacto en la población incrementando de manera drástica el costo de vida y de esta forma ocasionando que más personas se encuentren por debajo de la línea de la pobreza.
La situación de Alfaro no es la mejor, con un Concejo con una fuerte presencia opositora y el aumento del boleto sin resolver, no nos olvidemos de su esguince.
El escenario real es que el servicio que se presta desde AETAT es deficiente y definitivamente no justifica el aumento que solicitan y tampoco se ha avanzado desde el Concejo en las iniciativas que prometieron cuando llegó el aumento a comienzos del año pasado. Si tenemos que esperar horas los fines de semana la llegada de un colectivo, si tenemos que viajar como animales todos los días a nuestros trabajos, si tenemos que viajar en unidades sucias y sin aire acondicionado con 40° en verano. ¿Cómo podemos esperar que pongan cámaras de seguridad o una aplicación para teléfonos móviles para saber cuál es la espera?
Es evidente que desde el municipio nos deben demasiado, han prometido mucho y no han cumplido con lo básico, que es un servicio decente para los miles de tucumanos que dependen del transporte público.
Es momento de empezar a exigir el cumplimiento de las promesas y que de una vez por todas las mezquindades electorales estén por debajo de las necesidades de la población. No puede volver a suceder que el jefe de un municipio se transforme en el jefe de campaña de la candidatura de su esposa a Diputada Nacional, descuidando así sus funciones.
La novela del aumento del boleto promete más capítulos y quizás sea mucho pedir que en la realidad pase lo mismo que en la ficción, ganemos los buenos.

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