El equipo nacional se impuso por 2-1 con goles de Sergio Agüero y de Paulo Dybala. Arturo Vidal descontó con un penal que se sancionó por el VAR. Ambos equipos terminaron con diez hombres porque Lionel Messi y Gary Medel vieron la tarjeta roja por un altercado en el área.

En el Arena Corinthians de San Pablo se jugaba mucho más que el tercer puesto de la Copa América 2019. Argentina y Chile se veían las caras después de haberse enfrentado en las últimas dos finales del certamen y el conjunto “Albiceleste” iba por la revancha luego de haber caído en esos encuentros decisivos.

Finalmente, Argentina se impuso por 2-1 con goles de Sergio “Kun” Agüero y de Paulo Dybala para subirse al último escalón del podio del certamen. Para el conjunto trasandino descontó Arturo Vidal, de penal.

Desde el principio, el partido se mostró tenso. “La Roja” apostaba a una alta presión en la salida del conjunto “Albicesleste”. Sin embargo, el conjunto de Lionel Scaloni apostaba a encontrar espacios con los pases profundos de Giovani Lo Celso o las corridas de Rodrigo De Paul para salir del asedio.

Sergio Agüero se mostró muy movedizo desde el inicio y, a los seis minutos, probó con un remate de media distancia que se fue muy cerca. A los 11′, tuvo revancha: Lionel Messi jugó rápido un tiro libre y, ante la desconcentración de la defensa chilena, “El Kun” ganó en velocidad y definió cruzado para decretar el 1-0.

Esa conquista abrió espacios para la Argentina, que logró estirar la ventaja sobre los 21′. Lo Celso habilitó con un gran pase a Paulo Dybala – el reemplazante de Lautaro Martínez– que hizo un control largo y aprovechó una floja salida del arquero Gabriel Arias para sellar el 2-0 con un sutil toque.

Fue en ese momento cuando la tensión empezó a ir en aumento. Los nervios de los jugadores, sobre todo del lado de Chile, se hicieron cada vez más palpables. La acción que resumió ese estado de ánimo se dio sobre los 36 minutos: en una pelota al área de Chile, Gary Medel fue a cubrir y Lionel Messi presionó en busca del balón. El jugador de “La Roja” se dio vuelta, se acercó al capitán del conjunto rival, lo insultó y le tiró un par de cabezazos. Los dos quedaron cara a cara durante varios segundos, hasta que el árbitro paraguayo Mario Díaz de Vivar les mostró, con cierto apuro, la tarjeta roja a los dos. La incredulidad se apoderó de los “Albicelestes”, que no entendían la decisión del juez para con “La Pulga”, que no había reaccionado ante la agresividad del ex Boca. Desde el VAR no revirtieron la determinación.

El final de la etapa dejó otra acción que sumó al escándalo: Erick Pulgar le fue con una dura plancha a Leandro Paredes en la mitad de la cancha, pero Díaz de Vivar solo lo castigó con una amonestación.

Las polémicas se extendieron al complemento. A los cuatro minutos, luego de una serie de rebotes en el área, Agüero fue en busca de la pelota y Charles Aránguiz lo derribó, pero Díaz de Vivar no solo no cobró la falta sino que tampoco la revisó con el VAR.

La jugada que sí revisó fue la que se produjo sobre los 11 minutos, cuando Giovani Lo Celso cometió una infracción sobre Aránguiz. Asistido por la tecnología, el juez paraguayo otorgó la pena máxima y Arturo Vidal se encargó de marcar el descuento con un potente disparo al medio del arco. De esa manera, el encuentro entró en una etapa de incertidumbre.

Scaloni decidió mover el banco e hizo dos cambios que generaron cierto enojo entre los que salieron. Ángel di María ingresó por Dybala, mientras que Matías Suárez reemplazó a Agüero. Antes de su salida, “El Kun” pudo asegurar la victoria con dos acciones en las que fue asistido por “El Fideo”: en la primera optó por un sutil toque que encontró Arias y, en la segunda, sacó un remate desviado.

A puro ímpetu, Chile se fue en busca del empate agónico, pero no pudo generar ninguna chance concreta para marcar. El equipo de Reinaldo Rueda estuvo muy lejos de su mejor versión y nunca pudo inquietar de verdad en las cercanías del arco defendido por Franco Armani. Fue así como la selección argentina cerró una justa victoria en el partido que nadie quiere jugar.

fuente. infobae

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