La primavera continuará observando signos moderados del cambio en la circulación atmosférica asociado al enfriamiento del Océano Pacífico y como consecuencia de ello, desde Perú, hasta el NOA, pasando por Tucumán y el oeste de Chaco, recibirán un flujo de calor y humedad algo superior al promedio, observando precipitaciones tempranas superiores al promedio, con riesgo de tormentas severas, con granizo, vientos y aguaceros torrenciales.

No obstante, el calentamiento del Océano Atlántico y la evaporación proveniente de las áreas anegadas e inundadas compensarán en buena medida este efecto negativo, dando un régimen hídrico alterado pero cercano a la media en sus valores acumulados.

La circulación entre el Ecuador y el Polo Sur continuará muy activada. Por un lado, se producirán largos períodos cálidos, con riesgo de tormentas severas con granizo, vientos y aguaceros torrenciales. Por otro lado, tendrán lugar cortos pero muy intensos descensos térmicos, con riesgo de heladas primaverales en gran parte de Argentina y Uruguay.

El verano 2018 observará un acentuamiento de la tendencia descripta. Desde al NOA, el oeste de la Región del Chaco, el este de Cuyo y el noroeste de la Región Pampeana, observarán precipitaciones moderadamente superiores al promedio, con riesgo de tormentas severas, con granizo, vientos y aguaceros torrenciales.

El calentamiento del Océano Atlántico y la evaporación proveniente de las áreas anegadas e inundadas intensificarán localmente las precipitaciones, haciendo que las áreas afectadas por anegamientos experimenten precipitaciones superiores al promedio regional.

No obstante, la intensa evaporación provocada por los fuertes calores estivales comenzará a reducir el nivel del agua. La circulación entre el Ecuador y el Polo Sur continuará muy activada, alternándose prolongados lapsos cálidos, con cortos pero intensos descensos térmicos, que darán oportunas pausas en el calor.

Fuente: Bolsa de Cereales

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