La desaparición del submarino asomó ayer en la agenda de los presidentes Mauricio Macri y Vladimir Putin.

Una posible propuesta que haría llegar la Federación Rusa para ofrecer material militar para continuar la búsqueda del ARA San Juan sería la solución, aunque aún se desconoce en qué terminos y condiciones.

“A la Armada le ofrecieron la posibilidad de que Rusia facilite material militar, aunque no está claro todavía si eso se traduce en buques, hombres o contactos con empresas ni si se trataría de una cesión, préstamo o alquiler; es algo muy incipiente”, deslizó una fuente gubernamental que ayer por la tarde esperaba novedades desde Moscú.

En tanto, cerca del ministro de Defensa, Oscar Aguad, evalúan la posible compra de un robot, con capacidad para operar remotamente en forma submarina. Se buscaría acceder a un equipamiento tecnológico propio en la búsqueda del submarino, que ya lleva 70 días sin resultados. La inversión exigiría desembolsar entre US$3 millones y US$4 millones, reveló la misma fuente oficial.

Más allá de que la crisis del submarino puso notoriamente de manifiesto la profunda falta de inversión en las últimas décadas, la decisión de comprar un robot submarino propio pasaría por la intención del gobierno de Macri de mostrar que la Argentina quiere revertir la tendencia y se propone avanzar hacia posiciones de vanguardia en materia de inversión militar en la región.

Hacia ese objetivo apunta, por ejemplo, la reciente adquisición de aviones Super Étendard, que servirán para reforzar el cuidado del espacio marítimo, la modernización de seis aviones A-4 y la compra de cuatro helicópteros norteamericanos y de otros veinte helicópteros italianos Augusta Bell, que ya están en el puerto.

En ese contexto, también, se aspira a que en la reunión que Macri mantendrá en París con el presidente de Francia, Emmanuel Macron, se retomen las negociaciones para la adquisición de cuatro patrulleros oceánicos OPV, que serían destinados al combate de la pesca ilegal. Las gestiones apuntan a lograr una rebaja sustancial y comprarlos un 30% más baratos, lo que produciría un ahorro de 100 millones de euros.

Respecto de la continuidad de la búsqueda del submarino, en el Ministerio de Defensa recibieron ya propuestas de empresas privadas internacionales que exigirían desembolsar entre US$1 millón y US$7 millones, según los distintos ofrecimientos.

“Todas las ofertas son diferentes en cuanto a precios, condiciones y características, por lo que resulta difícil en un esquema de licitación o concurso de precios”, estimó una fuente del oficialismo.

Al margen de la propuesta que hizo llegar la empresa Odyssey Marine Exploration, que encabeza Tom Dettweiler, el líder del equipo que localizó el Titanic en 1985, también se observa con detenimiento el ofrecimiento de Ocean Infinity, que pasó un presupuesto de US$7 millones que cobrarían solo en caso de recuperar el submarino. Esta empresa estaría disponible a partir de junio, ya que actualmente está participando de la búsqueda del avión de Malaysia Airlines perdido en el océano Índico.

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