Letras de Fuego / Opinión / Por Manuel Rivas*. En un contexto no muy favorable para la cultura, se vivió en Amaicha del Valle la 1ª Feria del Libro, una movida que de alguna manera es el renacer y la continuidad de un legado que nos hace bien a los tucumanos.

Un proyecto sobre patas firmes

Cuando un proyecto se sostiene sobre tres patas fuertes y comprometidas, como sucedió con la 1ª Feria del Libro de Amaicha del Valle, en donde se unieron la Comuna de Amaicha del Valle, la Librería Amauta y la Editorial La Papa, el éxito está garantizado.

A ellos se sumaron la Biblioteca de Amaicha del Valle, las editoriales independientes, los escritores y poetas, los compositores y cantantes y hasta las copleras, que le dieron un color local y al mismo tiempo universal a las actividades.

Mesa de poetas.

Y así ocurrió, porque se vivieron tres jornadas de intensa actividad en ese lugar que atrae como un imán a turistas y gente de la cultura, entre escultores, escritores, artesanos y músicos. Fue el preludio del carnaval y una verdadera fiesta de los sentidos.

Talleres, charlas, presentaciones de libros, mesas de lectura y las editoriales independientes desplegando toda esa bella artillería de flores que representan los libros. Colorido, conocimiento, poesía y narrativa, una combinación ideal.

Ante tiempos difíciles, buenos son los libros

En tiempos difíciles para las editoriales independientes, se brindaron herramientas para fortalecerlas y multiplicarlas en el ámbito digital, con una charla que brindó el responsable de Editorial La Papa, Pablo Donzelli, un camino que se debe afianzar.

La presentación de libros muestra que la actividad puede estar muy golpeada, pero que sigue caminando y produciendo. De este modo se presentó “Historia social en la frontera argentino boliviana”, de Marcela Canelada.

También “Changuitas norteñas”, de Josefina Sidán; “Diosas mutantes”, de Mario Flores; “Libre, sobre el viento de mi cerro”, de Abel Sayagués; “Voces de la artesanía” Diálogos para las prácticas sustentables, a cargo de María Lombana.

“80 años no son nada”, el libro de Sara Vallejo, una abuela que decidió vender todo, comprar un motor home y viajar por los caminos de Latinoamérica. Su experiencia captó la atención y curiosidad del público presente.

Sara Vallejo cuenta su experiencia de viaje en un libro.

También se realizó la presentación del libro de poesía del artista plástico Juan Gelosi; el libro “Amauta”, de Dardo Solórzano; “Cuentos reunidos” y “Antología de cuentos vallistos”, de autores santamarianos, a cargo de Enrique Traverso.

Y recorriendo los distintos puestos de las editoriales independientes se podían hallar algunas perlitas, como la publicación de “Pretérito Perfecto”, de Hugo Foguet, por parte de Editorial La Papa y Libros Tucumán.

Lecturas iluminadas por la Pachamama

Como no podía ser de otra manera, se realizó en el corazón de la plaza principal, en donde se ubica la tradicional Apacheta, la ceremonia de ofrenda a la Pachamama, que estuvo a cargo de Celia Andrada, con presencia de autoridades y organizadores.

Celia Andrada lleva adelante la ceremonia para la Pachamama.

 

Se sucedieron mesas de lectura, tanto de narrativa como de poesía, charlas y homenajes. Los escritores y poetas participantes lo hicieron con total libertad, sin lecturas de biografías, con lo que todos partieron desde un plano de igualdad.

Los aplausos fueron el termómetro de un éxito con el que los organizadores soñaban, pero por el que también trabajaron y organizaron. A la hora de los homenajes, la emotividad hizo nido en la plaza cuando se evocó al gran poeta Gustavo Bravo Figueroa.

Homenaje a Gustavo Bravo Figueroa.

Estuvo a cargo de Javier Kirschbaum, cuya voz se entrecortó en varios momentos, como en la lectura de las nietas del profesor y autor, que llegó por causalidad en 1942, enviado por el Diario El Orden, cuando tuvo que quedarse en Amaicha ante un accidente sufrido.

Otra postal del homenaje a Gustavo Bravo Figueroa.

El amor surgido por el autor en torno a Amaicha, su hospitalidad y sus paisajes, se reflejó en su obra y quedarán como eterno reconocimiento en el nombre de una de las calles de esa comuna, anunciada por el propio comisionado comunal.

Mesa de narrativa y teatro.

La música sobrevoló todo

La música no estuvo ausente. De este modo, se presentaron en la plaza principal, epicentro de esta 1ª Feria del Libro de Amaicha del Valle, las copleras, Mooi, Pablo Bustos, Abel Sayagués, Gerardo Quiróz, Indio Cansinos y Ceci Navarro.

El cierre fue a toda orquesta, en la explanada de la comuna, con la presentación de las copleras, Lucho Hoyos y Amauta Dúo, entre otros. Una verdadera fiesta que se disfrutó a pleno, como el aire fresco que sopla por las noches en el Valle entero.

En definitiva, un saludable síntoma de esta cultura que resiste los embates de una dura realidad y que lo hace con lo que mejor le sale, la buena literatura, la poesía, el canto y el corazón fuerte de los emprendedores editoriales y los referentes culturales.

Por más Ferias del Libro de Amaicha, más comunión entre los hacedores de cultura, y ese trago mágico de luces, como el vino que se nutre de esa tierra ancestral que es la propia Pachamama bendiciendo a sus hijos.

*Fundador y director de Diario Cuarto Poder. Profesor de Letras e Historia, periodista y escritor.

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