Una investigación por parte de la Justicia de Neuquén concluyó que los atentados sufridos en esa provincia y en zonas aledañas de Río Negro en los últimos meses son obra de organizaciones radicalizadas que responden a Resistencia Ancestral Mapuche (RAM) y que cuentan con el apoyo directo de activistas chilenos en sus operaciones.

La pretensión de estos grupos es presionar para que sea liberado el lonko Facundo Jones Huala quien permanece en el Unidad 14 de Esquel a la espera de un juicio de extradición a Chile. Jones Huala es el fundador de este grupo que se caracteriza por sus iniciativas violentas.

La investigación liderada por el fiscal general José Gerez indica la existencia de material probatorio que apunta a la participación de figuras trasandinas con amplia experiencia en organizaciones guerrilleras y que además podrían haber participado de otros hechos delictivos en Neuquén, incluyendo asesinatos.

El caso del homicidio del sargento José Aigo en 2012 vuelve a actualizarse a través de las sospechas de que uno de sus perpetradores –Jorge Antonio Salazar Oporto– podría haberse sumado a las filas del RAM en el transcurso del 2017. Según pudo averiguar Clarín, el dato coincide con un informe del servicio de inteligencia chileno enviado al gobierno de Mauricio Macri en el que se refiere que Salazar podría usar pasos fronterizos no autorizados en la zona de Cushamen. Este y otros guerrilleros todavía no identificados cabalmente podrían estar asesorando a los mapuches en sus ataques contra concesionarias y pozos petroleros en la región del Alto Valle donde confluyen Neuquén y Río Negro, especulan en las fiscalía neuquina.

El caso de la muerte de Santiago Maldonado ha quedado sumergido en la problemática mapuche. Se sabe que el RAM opera en el interior del Pu Lof en Cushamen, el predio en el cual fue visto con vida por última vez el artesano el 1 de agosto pasado. Es sabida también la admiración que le profesaba Maldonado al lonko, quien hasta le escribió una carta de agradecimiento por su “sacrificio”.

El fin de semana, efectivos allanaron siete propiedades en ambas provincias bajo instrucciones de Gerez y su equipo de profesionales. En total se encontraron 5 armas de guerra –entre ellas 1 rifle winchester y 4 pistolas– 1 kilo de marihuana, 12 plantas de cannabis y abundante material gráfico con leyendas en las que cuales aparece reivindicado el RAM, informaron fuentes oficiales a Clarín.

“En Neuquén no estamos acostumbrados a este tipo de atentados ni de violencia. Se corresponden con un pedido de liberación violento por Jones Huala. Esta persona está fuera de lugar y en Neuquén no vamos a permitir que continúen los hechos violentos” le dijo a este diario el fiscal Gerez. “Nos llama la atención la metodología cada vez más sofisticada que están usando y que revela técnicas de afuera, y la abundante cantidad de drogas y armas que encontramos en domicilios particulares que tendrían relaciones con el RAM”, detalla.

Uno de los domicilios registrados fue el de la activista Nadia París. El nombre de esta referente aparece mencionado en los llamados “papeles mapuches”, secuestrados en Cushamen en septiembre, en los cuales se bosquejaba un plan de prensa destinado a hacer más visible la causa mapuche.

Durante el proceso de investigación de la fiscalía los especialistas descubrieron en los distintos atentados incendiarios componentes que solo se consiguen en Chile y que no se pueden adquirir en la región. Entre ellos una “lonchera” de origen oriental (se comercializa en Santiago, Osorno, entre otras ciudades trasandinas) y recipientes de líquidos inflamables adquiridos con toda probabilidad del otro lado de la Cordillera. Ya en Pu Lof los efectivos habían encontrado manuales de guerra con instrucciones precisas sobre acciones no tradicionales.

Desde que se dio a conocer que el juez federal de Neuquén es quien tiene a su cargo el proceso por la extradición del lonko Jones Huala a Chile, los ataques contra empresas en Neuquén y áreas cercanas se han ido sucediendo. Para Gerez la relación no admite duda.

“El 1° de septiembre un ataque a la concesionaria Kumenia de Neuquén capital dejó un saldo de al menos dos vehículos cero K incendiados. El 13 de noviembre un grupo de desconocidos atentó contra las instalaciones de un pozo petrolero de la empresa Pluspetrol en las afueras de Centenario y a solo 7 kilómetros de la capital neuquina. El 14 de noviembre trascendió otro ataque, aunque frustrado, a un pozo gasífero de YPF en la localidad rionegrina de Allen”, enumera el fiscal.

En este último caso, una bomba de tiempo fue dejaba sobre un zeppelín. El artefacto no funcionó pero la intención era que la onda expansiva abarcara los pozos circundantes de la mayor instalación gasífera de Río Negro. En todos los casos fueron dejados panfletos y carteles firmados por el RAM en los que se exigía la liberación del lonko.

Fuente: Clarín

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