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La Provincia dio por finalizada la urbanización de Manantial Sur con la entrega de las últimas 120 viviendas, y lanzó una advertencia contundente: las unidades que no sean habitadas dentro de los plazos fijados serán recuperadas por el Estado.

Según confirmó el Instituto Provincial de la Vivienda y Desarrollo Urbano (IPV), ya se detectaron más de 30 casas vacías y se iniciaron las actuaciones administrativas correspondientes. En paralelo, a nivel provincial se rescindieron más de 360 adjudicaciones por falta de pago de cuotas.

El cierre del proyecto marca un punto de inflexión para un barrio que durante años sufrió vandalismo, usurpaciones y abandono. Los vecinos coinciden en que la ocupación total generó una mejora visible en seguridad, tránsito y convivencia.

Melina Lucena, comerciante de la zona, relató que antes de que se completara la entrega “las viviendas vacías servían de refugio para delincuentes”. Desde su kiosco sufrió robos y vio cómo la Policía desmanteló un desarmadero dentro de una de las casas sin habitar. Hoy, aseguró, “hay más movimiento, más iluminación y más cuidado entre los propios vecinos”.

René Díaz, del barrio Néstor Kirchner, recordó que las sustracciones eran moneda corriente. “Se llevaron puertas, ventanas, sanitarios y canaletas. Mejoró la vista, la seguridad y el tránsito en avenida Colón”, afirmó. No obstante, reclamó medidas viales urgentes: “En 10 días hubo tres accidentes; necesitamos semáforos”.

Otra adjudicataria, que pidió reserva de identidad, confirmó que recibió la vivienda “en condiciones y con todos los servicios”, aunque pidió mayor presencia policial para prevenir hechos aislados. Débora Cuello, quien se mudó en agosto, valoró la organización vecinal: “Entre todos nos cuidamos; cualquier movimiento extraño se avisa enseguida”.

El ministro de Obras y Servicios Públicos, Marcelo Nazur, remarcó que la finalización del megabarrio de 2.500 viviendas fue una decisión directa del gobernador Osvaldo Jaldo. “Era mucho mejor invertir y recuperar esas casas vandalizadas que dejarlas en ruinas. Hoy el 100% de Manantial Sur está entregado”, señaló.

Nazur detalló que muchas viviendas debieron ser prácticamente reconstruidas debido al deterioro acumulado durante años de paralización. “A algunas les sacaron tanques y sanitarios; el abandono fue extremo”, describió.

El IPV recordó que los adjudicatarios cuentan con tres o cuatro meses para habitar sus viviendas, plazo que incluye tiempo para mudanzas o refacciones menores. Vencido ese período, se realizará un relevamiento: “Casa que no está ocupada, casa que vuelve al Instituto”, advirtió Nazur en línea con los lineamientos del gobernador.

El interventor del IPV, Hugo Cabral, explicó que además rige un plazo de ocupación obligatoria de tres años, aunque anticipó que se evalúa extenderlo a cinco. “Estamos realizando un seguimiento casa por casa. En Manantial Sur ya detectamos más de 30 viviendas desocupadas y en todos los casos se iniciaron actuaciones”, precisó.

Cabral destacó que la responsabilidad del cuidado recae sobre los adjudicatarios: “Si hay un intento de usurpación, deben denunciarlo ellos”. También recordó que durante su gestión ya se rescindieron más de 360 viviendas en toda la provincia por falta de pago.

El funcionario repasó que la modalidad de entrega del barrio varió con los años: hubo reubicaciones de familias en emergencia, asignaciones a entidades y gremios, y adjudicaciones por situaciones especiales. “Cuando un adjudicatario no habita la vivienda, rescindimos por falta de habitabilidad y reasignamos”, afirmó.

De cara al futuro, Cabral aseguró que Manantial Sur seguirá creciendo con nuevos desarrollos. “La zona será jerarquizada con viviendas Procrear; estimamos que en octubre del año que viene habrá sectores listos para adjudicar”, anticipó. Actualmente, hay 61.000 familias inscriptas en el IPV y 1.815 viviendas en ejecución, pese al contexto nacional adverso para la obra pública.

Con la urbanización terminada, el Gobierno provincial busca consolidar un polo habitacional que fue durante años sinónimo de abandono y que hoy comienza a reconstruir su identidad comunitaria.

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