Letras de Fuego / Comentario / Por Manuel Ernesto Rivas*. La escritora bonaerense Inés Cortón presentó exitosamente su poemario “Un lugar llamado palabra”, en Coronel Suárez. Un mimo al alma de la autora que ya lo había presentado en Tucumán.
Profeta en su tierra
Ser profeta en su tierra no es algo sencillo, pero tampoco es algo imposible. Vale un ejemplo para pintar la excepción: el de la escritora Inés Cortón, nacida en Coronel Suárez, quien presentó con éxito su reciente poemario “Un lugar llamado palabra”.
La autora recibió los mimos de su entorno familiar, sus parientes, sus amigos, colegas y aquellos que pasaron por sus manos en sus tiempos docentes, esas huellas que nunca se olvidan y que forman parte del crecimiento personal de cada uno.
Una caminata por bibliotecas
Luego de una caminata que incluyó a tres bibliotecas, la presentación de la nueva obra de Inés Cortón se llevó a cabo en la Biblioteca Popular Sarmiento, ante una importante cantidad de público, que siguió con emoción las alternativas.
Un mensaje del escritor tucumano Gustavo Díaz Arias, vía video, fue compartido con el auditorio y multiplicó las buenas sensaciones, además de las muestras de afecto que recibió la escritora, que desde su infancia abrazó el amor por las letras.
Los poemas de “Un lugar llamado palabra”
Los poemas hicieron su aparición, para llevar a los presentes por un camino especial a “Un lugar llamado palabra”, ese lugar mágico al que todo ser humano debe acceder para sentirse más vivo que nunca, parte de la creación más sublime.
“Es una pieza evocadora y lírica, un conjunto de poemas delicados, bien estructurados, con imágenes que transportan. Denota sensibilidad artística y un dominio sereno del lenguaje”, así definió el libro Gustavo Díaz Arias.
Leer con corazón abierto
“Un lugar llamado palabra” es un libro que se debe leer con el corazón abierto, con el alma traslúcida dejándose atravesar por una luminosidad única, conformada por palabras que unidas forman belleza, perfección y empatía.
La ceremonia cerró con aplausos, lágrimas de alegría, sonrisas y abrazos. La música fue aportada por el grupo Voces del Alma y el cantante Horacio Herrera, lo que le dio un marco a este cuadro que siempre quedará en el recuerdo.