Navegar por la primera página web de la historia es una experiencia que puede resultar decepcionante.
No tenía colores, ni fotos, ni videos. Tampoco había gráficos ni animaciones. Solo textos, hipertextos y un conjunto algo confuso de menús. Muchos dirían que es una lata.
Pero gracias a esa primera WWW hoy podemos preguntarle a Google cualquier duda que tengamos, usar Facebook y acceder a millones de páginas web.
La World Wide Web (la Web) nació en el CERN, el Centro Europeo de Física Nuclear, en Ginebra (Suiza), de la mano del ingeniero y físico británico Tim Berners-Lee como un sistema de intercambio de datos entre los 10.000 científicos que trabajaban en la institución.
Pero pongamos las cosas en contexto
En esa época todavía no existían ni Windows ni Google Chrome, y las escasas computadoras personales que había en el mercado funcionaban de una manera compleja y poco visual.
Internet tan solo servía para usar el correo electrónico y transferir archivos. Y las conexiones eran analógicas, lo cual significaba que había que armarse de paciencia para descargar la información.
La Web ha cambiado mucho desde entonces: HTML ha crecido, HTTP ha evolucionado y los navegadores se han modernizado.
Tal vez una de las primeras cosas que llaman la atención la primera vez que accedes a ella es que no había barra de direcciones. Tampoco había imágenes ni sonidos.
El jefe de Berners-Lee en aquella época, Mark Sendall, describió el proyecto como una propuesta “vaga pero emocionante”.
Más adelante, en 1994, Berners-Lee crearía el World Wide Web Consortium (W3C), para mantener unos estándares comunes en el funcionamiento de la red.
Y en 1998 reflexionaría sobre el proceso que le ayudó a crearlo con estas palabras: “Si crees que navegar por hipertextos es genial, es porque nunca trataste de escribirlos”.
fuente:bbc


