Foto aérea de la Primera Iglesia Baptista de Sutherland Springs, Texas, donde ocurrió la masacre. REUTERS/Jonathan Bachman

Los investigadores concluyeron que la masacre no tuvo motivaciones raciales ni religiosas ni políticas.

El hombre que ayer mató a tiros a 26 personas en una iglesia de Texas había amenazado a su suegra por mensaje de texto antes del ataque, que al parecer estuvo motivado por problemas familiares, informaron hoy autoridades del estado.

Los investigadores concluyeron que la masacre no tuvo motivaciones raciales ni religiosas ni políticas, y evidencia hallada en el lugar de los hechos indica que el autor, Devin Patrick Kelley, murió de un disparo que se efectuó él mismoluego de chocar su auto mientras era perseguido por residentes armados, dijo el director regional del Departamento de Seguridad Pública de Texas, Freeman Martin, en rueda de prensa.

Estados Unidos continúa conmovido por la matanza que se cobró la vida de múltiples integrantes de varias familias, entre ellos un bebé de 18 meses, y desgarró a una muy unida comunidad de Sutherland Springs, donde apenas viven 400 habitantes.

Antes del ataque, el tirador, un hombre blanco de 26 años, envió mensajes intimidatorios a su suegra, quien era feligresa de la Primera Iglesia Baptista, congregación contra la que el sospechoso también había proferido una serie de amenazas por motivos que Martin dijo que aún no podía detallar.

El alguacil dijo que familiares políticos del agresor asistían a esa iglesia, pero que ayer no estaban.

Kelley también usó su teléfono celular para contarle a su padre que había sido baleado y que no pensaba que fuera a sobrevivir, agregó el funcionario.

“No contemplamos que la acción de ayer se deba a motivos raciales religiosos; sí podemos decirles que había una serie de problemas domésticos en su familia”, afirmó el alguacil ante la prensa.

Investigadores incautaron tres armas del sospechoso, entre ellas un rifle semiautomático Ruger AR-556 que fue hallado dentro de la iglesia, dijo el agente especial a cargo de la oficina de Houston del Departamento de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos estadounidense, Fred Milanowski.

En conferencia de prensa, el funcionario dijo que además se encontraron dos pistolas en el vehículo conducido por Kelley, una Glock 9 milímetros y una Ruger calibre 22, y agregó que las tres armas habían sido compradas por el atacante.

Autoridades dijeron que Kelley vivía en New Braunfels, unos 60 kilómetros al norte de Sutherland Springs.

El hombre sirvió en la Fuerza Aérea a partir de 2010, pero fue degradado expulsado tras ser condenado por violencia contra su esposa e hijo.

Masacre en Texas: el tirador esperaba que su suegra estuviera en la iglesia

Este sería Devin Kelley, el tirador de 26 años que mató a 26 personas en una iglesia en Texas. AFP.

La vocera de la Fuerza Aérea, Ann Stefanek, dijo que fue juzgadoen un consejo de guerra en 2012 por dos cargos de agresióncontra su esposa y su hijo y que fue confinado por un año por mala conducta y reducido a aviador básico, hasta su expulsión, en 2014.

Al salir de la iglesia, el atacante fue confrontado por un residente armado que “le agarró su rifle y lo enfrentó“, dijo Martin.

Poco tiempo después, el agresor fue hallado muerto dentro de su vehículo no lejos de la iglesia, y los investigadores creen quese mató de un disparo, señaló Martin.

Veintitrés de los muertos fueron encontrados en la iglesia, dos afuera y otra persona falleció camino al hospital, agregó.

El presidente Donald Trump, quien estaba en Japón, calificó el tiroteo de “acto de maldad” y más tarde calificó al atacante de “un individuo muy trastornado“.

El gobernador de Texas, Greg Abbot, dijo que el hecho fue “el mayor tiroteo masivo en la historia de nuestro estado”.

El ataque llega poco más de un mes después del peor tiroteo en la historia de Estados Unidos, el del 1 de octubre en Las Vegas, Nevada, en el que un hombre mató a 58 personas e hirió a otras 500 al abrir fuego con fusiles desde una habitación elevada en un hotel casino.

El tiroteo coincidió además con el octavo aniversario de la matanza en la base militar texana de Forth Hood, donde 13 personas fueron asesinadas y 31 heridas por un militar y psiquiatra del Ejército estadounidense.

Hasta el de ayer, el tiroteo masivo más letal de Texas había ocurrido en 1991 en Killeen, donde un perturbado se metió con camioneta dentro de un restaurante a través de un gran ventanal, y una vez adentro empezó a disparar, matando a 23 personas e hiriendo a 20 más.

Agencias

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