La muerte del joven estudiante Matías Albornoz Piccinetti pone de relieve que ni siquiera en los casos en que se puede prevenir un desenlace fatal, los efectivos de seguridad están presentes. En tanto que el titular del área de Seguridad, Paul Hofer, insiste en sostener que la inseguridad es una sensación que se genera desde las redes sociales.

La prevención suele ser uno de los aciertos más importantes de las fuerzas de seguridad, a fin de no tener que lamentar las consecuencias de un hecho que se puede configurar en delictivo. El sábado pasado se apagó la vida del joven estudiante del Gymnasium de la UNT, Matías Albornoz Piccinetti, de sólo 17 años. El chico recibió un puntazo en el corazón en medio de una gresca de la que participaron adolescentes de diversos establecimientos educativos del centro tucumano. Pero las rencillas de los viernes entre los jóvenes eran tan usuales, que no había manera de no saber que ocurrían casi de manera sistemática.
El desenlace fatal estaba al caer, pero las fuerzas de seguridad no realizaron las acciones de prevención y disuación que deberían haber puesto en práctica para evitar que la cosa pasara a mayores. La zona en la que ocurrió el hecho es un espacio concurrido por muchos jóvenes, quienes dan rienda suelta a los excesos y las peleas. Una importante presencia policial hubiera bastado para que los adolescentes supieran que había límites que no debían transgredir. Sin embargo sólo hubo ausencia por parte del Estado.
En tanto que el titular del área de Seguridad, Paul Hofer, se encontraba más preocupado en definir los actuales niveles de inseguridad con una situación casi virtual generada desde el ciberespacio. En ese sentido, el funcionario provincial heredado desde el “alperovichismo” por la actual gestión de Gobierno, había sostenido que la inseguridad era una sensación generada desde las redes sociales.
No se había preguntado Hofer la sensación que tienen aquellos tucumanos que sufren, a diario, el accionar de los delincuentes, motoarrebatadores, carteristas, asaltantes y violadores, entre otras modalidades delictuales que se despliegan todos los días a lo largo y ancho del territorio provincial.
Quizás estaba más preocupado por mostrar los mismos “virtuales” resultados de una gestión que en este punto del camino es un verdadero fracaso. No pudo revertir la inseguridad cuando estaba Alperovich como gobernador y ahora tampoco puede hacerlo con la dupla Manzur-Jaldo.
El ministro de Gobierno, Regino Amado, ya no sabe qué cara utilizar para dar explicaciones en la Cámara legislativa sobre la labor desarrollada en el área de Seguridad. Los parlamentarios provinciales le trasladan las inquietudes que los propios tucumanos les hacen llegar, ya sea en visitas a las oficinas legislativas o en sus recorridas territoriales. Ellos representan a muchos tucumanos y deben exigir respuestas de parte de quien les debe garantizar ese bien tan preciado como es la seguridad. Más que sensación de inseguridad, lo que sobra es sensación de abandono en cada uno de los hechos delictivos, que hace parecer cada espacio, barrio, o zona urbana, suburbana o rural, como una zona liberada.
En ese sentido, el legislador Fernando Valdez, expresó que “junto a esta conmoción que vivimos debemos comprometernos todos los que tenemos responsabilidades institucionales y también las familias y los mismos jóvenes a reflexionar sobre lo que nos está pasando. La violencia nos está destruyendo como sociedad y arruina todo a su paso; las ilusiones de niños y jóvenes, la felicidad de nuestras familias, los sueños de un Tucumán desarrollado”.
Agregó: “no podemos continuar negando nuestra crisis terminal en seguridad. La Corte Suprema informó que en 2014 se produjeron 111 homicidios contra 105 en 2015 y esto sirvió para que algunos lo presenten como un avance. Esto es querer tapar el sol con un dedo y ampliar la brecha entre gobernantes y sociedad. Con esos datos seguimos por encima de la tasa nacional de homicidios que está en 7,03 contra 7,2 en nuestra provincia. Y en el primer cuatrimestre de 2017, sólo la prensa lleva registrada 48 asesinatos. Somos noticias mes a mes por femicidios y ahora hemos agregado a esta triste lista el homicidio entre adolescentes”.

Finalizó: “el principal responsable de garantizar nuestra seguridad es el Estado que se reserva el monopolio del uso de la fuerza. Debemos afrontar esta crisis y trabajar para que Tucumán deje de ser un lugar donde la muerte por hechos de violencia o delictivos sea una posibilidad cierta. Y todas las instancias educativas, desde la familia, el club, la parroquia, la escuela debemos redoblar los esfuerzos para construir una cultura de fraternidad y tolerancia para con el otro”.

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